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10 de abril de 2007

Esta historia (Alessandro Baricco)



Doy gracias por haber descubierto la obra de Baricco, y doy gracias por cada nuevo libro que publica. Doy gracias porque tras la decepción de volver la última página de su último libro, tengo la certeza de que las primeras líneas de su próxima novela me devolverán a un mundo creativo que ya me resulta próximo y familiar.

Baricco posee una voz propia que le distingue del resto de autores de su generación. Alejado de la prosa fría de muchos de sus coetáneos, las narraciones del autor italiano parecen surgidas de un delirio onírico. Nacidos de entre las brumas de la irrealidad, sus personajes se nos muestran como totalmente verosímiles y creíbles. Esta fuerza y viveza de sus personajes también lo aleja de la literatura que busca refugio en el realismo mágico o en sus múltiples sucedáneos.

Como muy bien se preocupa en poner de manifiesto el propio autor, sus obras están salpicadas de detalles históricos reales que, dentro del marco de sus novelas, parecen sacados más bien de la imaginación más desbordante. Así, la introducción de Esta historia (sin duda el pasaje más hermoso e imaginativo de toda la obra, con su magistral descripción de todo lo que rodeaba a una carrera automovilística de principios del siglo XX, está tomada casi literalmente de las páginas de un periódico de la época.

Baricco debiera hacer palidecer a los que opinan que la novela ha muerto como género. Más bien, pone de manifiesto que la repetición de fórmulas manidas, repetidas hasta la extenuación, han vaciado de contenido determinada forma de ver la novela, pero dejando el campo abierto a otras formas de entenderla, menos previsibles y más frescas.

Entrando ya en el meollo de este libro, diremos que narra la historia de Último, el hijo de un pequeño ganadero del norte de Italia, que decide vender sus vacas para montar un pequeño taller de reparación de vehículos en un tiempo en el que estos no eran otra cosa que un juguete en mano de nobles y ricos excéntricos. El hijo hereda una parte de la afición de su padre ya que, lo que realmente dará sentido a la vida de Último no serán los coches sino las carreteras y su afán por narrar su vida a través de curvas, peraltes, cambios de rasante y rectas imposibles.

El libro se estructura en diversos episodios cada uno de ellos con un estilo literario diferente (memorial, prosa poética, diario íntimo, etc), lo que dota a la novela de gran agilidad por los cambios de estilo, de voz narradora o de tiempo histórico.

Podemos seguir la vida de Último a través de diversos episodios narrados, tanto en primera persona como a través de otras personas, como Elizaveta, una refinada refugiada rusa que acompaña a Último durante un tiempo por los Estados Unidos y que será la única persona que, al final de sus días, podrá ver el sueño cumplido de Último.

Precisamente el empeño en hacer realidad un sueño es lo que da sentido a la vida de los protagonistas de Esta historia. Su difícil empeño no queda perturbado por las dificultades o el paso del tiempo. El tema no es original en la literatura contemporánea, reflejo quizá de una carencia de nuestros tiempos, tan mutables e interesados, tiempos en los que la adaptación y acomodo son la norma.


3 de abril de 2007

Cara a cara con la vida, la mente y el Universo (Eduardo Punset)



Los titulares de los periódicos nos asaltan frecuentemente con noticias referidas a cuestiones científicas en sus más diversas facetas (Medicina, Biología, Física, Matemáticas, etc), dando cuenta de las más recientes avances y descubrimientos. La lectura de las secciones de Ciencia puede convertirse en un atolladero para cualquiera que no siga estos temas con asiduidad. De este modo uno se queda con la sensación de no saber nada.

La investigación con células madre puede curar el cáncer y el Parkinson u ocasionar daños genéticos a futuro. El cambio climático es un fenómeno de nuestro tiempo o sólo es un aspecto de un ciclo mayor y más complejo. Los dinosaurios se extinguieron como consecuencia de la colisión de un meteorito contra la Tierra o como consecuencia del cambio climático. Por otro lado, muchos de los descubrimientos y hallazgos no son presentados de modo que se pueda vislumbrar la trascendencia cotidiana que suponen.

Por todo ello, la divulgación científica ocupa un lugar destacado dentro de la educación del ciudadano de a pie. Eduardo Punset nos facilita la labor mediante una selección de científicos con brillantes aportaciones y logros en sus correspondientes especialidades a los que interroga con el fin de tratar de conocer su pensamiento. Y es a través de estas conversaciones como se va creando un pequeño puzzle que permite ir descubriendo una fotografía de nuestro mundo actual (en muchos casos del mundo que está por venir).

Si hay quien defiendo que la gran literatura es aquélla que nos hace otros tras su lectura (más sabios, más humildes, mejores conocedores de nosotros mismos, .. .), no cabe duda de que este libro es un buen exponente. Conoceremos mejor qué es el Hombre, cómo vino a ser lo que es y en qué se diferencia del resto de seres vivos: más aún, conoceremos qué es estar vivo y en qué se diferencia la Vida de lo Inerte. Se nos ofrecerán explicaciones sobre el medio en que vivimos, a nivel planetario, pero también al microscópico nivel de las bacterias (ellas heredarán la Tierra según se nos explica).

Veremos cómo funciona nuestro cerebro y cómo se intenta replicar en máquinas (¿serán Vida o sólo marionetas conscientes?), cuál es la partícula más pequeña en que se puede descomponer un cuerpo o en qué se traduce el concepto Gaia.

Todas estas cuestiones se abordan en las entrevistas de Punset de manera que se hace comprensible la Ciencia, no ya como relación de los avances de nuestro tiempo sino, y en esto consiste una de las bondades del libro, desde la perspectiva de la aplicación a la vida diaria, de su trascendencia práctica. Así, se explica la posibilidad de realizar un viaje en el Tiempo, pero no desde la perspectiva de la Física, sino más bien desde un punto de vista más pragmático (¿cómo se evita la paradoja del abuelo?). Se nos explica cómo serán las ciudades del futuro, en estaciones espaciales, y qué efecto tendrá para aquellos que nazcan en esas colonias cuando vuelvan a la Tierra, etc.

También resulta de agradecer contemplar cómo estos grandes científicos lo son, no tan sólo porque sus investigaciones les coloquen en la vanguardia de la Ciencia en sus respectivos campos, sino porque, más allá de sus investigaciones, tienen una visión que orienta y da sentido a la materia que investigan. No nos hablan de moléculas y proteínas (que también) sino de Vida y Evolución, no nos describen las diferencias entre el hombre y una ameba, nos hablan del futuro del Hombre. Por ello, los concretos avances, las teorías específicas, se encuadran en un marco humanístico que les da sentido (incluso algún entrevistado sostienen que la idea de Humanismo no es muy correcta dado que olvida que el Hombre es una minúscula parte de la Vida).

En fin, multitud de ideas para ponerse al día en cuanto al presente y futuro de la Ciencia y para reflexionar sobre el Hombre, su entorno, su pasado y su porvenir.