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28 de agosto de 2023

El cuerpo humano (Bill Bryson)


 

El cuerpo humano (guía para ocupantes), publicado por RBA en 2020, continúa la increíble saga de Bill Bryson, en su afán enciclopédico por ir cubriendo diversos ámbitos tanto de la historia, como del conocimiento o de la sociedad con su estilo acostumbrado, parte irónico y accesible, parte descriptivo.

En este caso, la atención de Bryson se centra en nuestro propio cuerpo, sus partes y órganos, las enfermedades que lo aquejan, la historia del conocimiento y estudio del mismo, de las vacunas, los remedios y una breve perspectiva del futuro que nos espera.

El libro se organiza en capítulos que van revelando cada una de las partes del cuerpo, casi como el índice de un manual escolar de ciencias: la piel, el pelo, el cerebro, la cabeza, la boca, y así sucesivamente. En cada una de ellas, Bryson comienza con una descripción básica, más o menos conocida para el lector según esté familiarizado con este mundo, para pasar después a la parte en la que puede lucirse del modo en que acostumbra a hacerlo.

Así, Bryson sabe combinar anécdotas y curiosidades que acercan el conocimiento al lector de un modo que una fría descripción no permite. Nos cuenta cuánto cuesta en una droguería el conjunto de elementos químicos que forman el cuerpo humano, o nos explica los diferentes e interesantísimos estudios que llevó a cabo el ya clausurado Centro para la prevención del resfriado de Inglaterra.

También nos lleva a una mesa de disección y se adentra en ese pantanoso mundo en el que el cuerpo de un fallecido era una especie de reliquia sagrada que no podía ser cortado, sajado, desollado, decalvado mutilado y demás de perversidades atroces para lograr un conocimiento que se revelase útil para quienes seguían vivos. Porque esa mezcla de religión, moral y medicina es la historia de esa lucha continua entre el avance científico y sus resistencias.

Y es sobre esta tensión sobre la que las mejores historias surgen. Comprender cómo entendían nuestro cuerpo y sus enfermedades nuestros antepasados nos habla de cómo eran y de cómo hemos cambiado. Podemos correr el riesgo de tomar a la ligera sus prejuicios y supercherías pero precisamente conocer la Historia nos debe hacer comprender que lo que hoy tomamos por cierto no se corresponderá exactamente con la verdad que se hará evidente dentro de unos decenios. Más aún, en estos tiempos de pandemias, podemos ver ciertos hilos que nos atan irremediablemente a ese pasado que tan ajeno creíamos. Por sabido, no deja de ser interesante volver a conocer cómo nace la vacuna contra la viruela en Inglaterra, gracias a las observaciones de Edward Jenner y el ordeño de las vacas. Tampoco es desconocido el modo en que Fleming descubrió la penicilina, tal vez el descubrimiento que más vidas haya podido salvar.

Tampoco olvida al incomprendido Semmelweis que propuso la increíble teoría de que los médicos y parteras, por su falta de limpieza antes de atender a una parturienta, eran los principales causantes de la muerte en las madres y los recién nacidos. La ofendida clase médica de mediados del siglo XIX no podía admitir su propia culpa y falta de higiene en un tiempo en el que el conocimiento sobre las bacterias apenas era un esbozo. Otro tanto le ocurriría a Joseph Lister, a quien podemos considerar el padre de los antisépticos, cuyos métodos redujeron drásticamente la mortalidad en los hospitales tras las intervenciones quirúrgicas.

 

 

Y así seguimos conociendo las luchas y logros de conocidos o injustamente ignorados científicos como Curie o Pasteur, pero también Jonás Salk, de un modo ameno pero riguroso, según se puede constatar en las abundantes notas que jalonan el texto.

Pero estos brillantes científicos no quedan exentos de los pecados del resto de sus congéneres, en particular de la soberbia y la envidia. Bryson también repasa las peleas que rodean la concesión del Nobel de Biología o Medicina, las patentes mal registradas o las rupturas de todo tipo por atribuirse de manera exclusiva un logro colectivo.

Estas miserias humanas no pueden ensombrecer lo que es un hermoso y vibrante paseo por la evolución en el conocimiento del cuerpo humano, verdadero fin de este libro. No deberá servir para cubrir lagunas científicas o conocimientos específicos puesto que para ello podremos consultar mejores textos. Pero sí nos dará luz y contexto para conocer cómo hemos llegado a nuestro punto actual de autoconocimiento y cómo hemos evolucionado en la relación que tenemos con nuestro cuerpo, sea a través del tratamiento de sus enfermedades o de los avances científicos que abren un nuevo mundo de oportunidades y retos que cuestionan aspectos éticos que se tenían por firmes hasta no hace mucho.

Podemos hacer de augures y vaticinar que, en breve, después de recorrer todo lo que de  tangible hay en nuestro cuerpo, Bryson se lanzará a realizar un viaje similar a todo lo que de inmaterial y espiritual cobija este cuerpo físico. Seguro que volverá a sorprendernos con su acumulación de datos, anécdotas y detalles que hacen de la lectura de sus libros todo un acontecimiento.
 
 

17 de agosto de 2023

Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada (David Safier)

 
  


David Safier es un conocido autor alemán  de libros cómicos. Su primera novela, Maldito karma, dio inicio en 2009 a una impresionante sucesión de éxitos de ventas. Más recientemente ha tratado de repetir el éxito con el inicio de una saga que, a día de hoy, cuenta con dos títulos, pero que probablemente pueda extenderse a unos cuantos más.

La historia es simple pero efectiva. La protagoniza la ex canciller Angela Merkel, recién jubilada y retirada a un pacífico y bucólico pueblo de la Alemania más profunda, en el que trata de recuperar el tiempo perdido junto a Sauer, su marido fiel y algo asocial, su guardaespaldas sufrido y un pequeño perro carlino que le han regalado al despedirse de la cancillería con la noble intención de que los paseos diarios metan en cintura sus kilos de más y al que, menos noblemente, han bautizado con el nombre de Putin.

Pues bien, la gracia de todo este ingenio se encuentra, al menos en este primer volumen, en que la pacífica y bucólica vida rural se ve alterada por un supuesto crimen al poco de la llegada de Miss Merkel. Y, claro está, algo aburrida y necesitada de emociones fuertes, toma por su propia cuenta las riendas de la investigación, tratando de emular a los sabuesos clásicos del género como Poirot o Holmes, pero tendiendo más bien a una miss Marple teutónica.

Sin duda, muchas de las referencias a la canciller tienen que resultar evidentes para cualquier lector alemán, pero no tan obvias para los que solo la hemos visto periódicamente en los telediarios y poco más. Esto, lejos de ser un inconveniente que nos hará perder alguna ironía de Safier, nos permite creer de forma más convincente en el personaje, al separar la Merkel real de esta anciana amiga de las tartas de manzana y los crímenes de sobremesa.  

Es, por tanto, mérito de Safier el lograr que el texto resulte totalmente inteligible para cualquier lector, en parte porque la trama sigue, con mezcla de homenaje y plagio al mismo tiempo, los pasos de las obras más clásicas del género. No solo Miss Merkel está apoyada por unos patosos y algo patéticos ayudantes, su marido y el detective, sino que debe luchar con su propia autosuficiencia, reconociendo ocasionalmente que también sus menos dotados colaboradores pueden tener mejores ideas que las suyas.

Y estas referencias se explicitan en el libro con menciones directas a obras como Asesinato en el Orient Exprés de Agatha Christie o las menciones a Sherlock Holmes casi constantes. Pero Merkel no es aún una preclara detective, muchas de sus pesquisas concluyen en fracaso y sus intuiciones se revelan tan falsas como las pistas del presunto asesino. De aquí parten muchas de las situaciones cómicas que marcan el tono general de la obra.

Dicho todo esto, el libro es un notable entretenimiento, y la idea es francamente brillante desde un punto de vista promocional. Safier ha creado un personaje nuevo de uno que ya existe, no necesita dibujar sus rasgos, definir su carácter o subrayar su apariencia física más allá de sugerir algo sobre la monotonía de las chaquetas y pantalones de cintura ancha. El personaje se nos hace entrañable al ver cómo lucha por reconstruir en un pequeño entorno rural su liderazgo perdido, cómo establece paralelismos entre las cumbres de la Unión Europea y el cóctel de bienvenida del noble local, en suma, cómo su experiencia política parece haberle servido tan solo para prepararla para este preciso momento y esta concreta investigación.

Sin duda, Safier juega conscientemente con el oculto deseo del lector de mofarse de un personaje tan célebre y no precisamente simpático, que se lo pregunten a los griegos. De poner a su protagonista en situaciones comprometidas, en contextos en los que se humaniza su figura aún a costa de hacerla desdecirse de alguna de sus convicciones políticas.  

 


 

Y aquí se abre inevitablemente la duda de si todo esto hace el libro más interesante para los lectores no alemanes que para los que tienen una experiencia de la canciller de primera mano. De si estos serán capaces de separar sus opiniones políticas de su juicio sobre este detective aficionado. Y, del mismo modo, uno se pregunta qué ocurriría si este libro trajese consigo una franquicia similar para políticos de otro país, y cuáles serían los más probables candidatos entre nuestros ex dirigentes.

Y tras pensar un poco, la verdad es que cualquiera de los candidatos, en su cierta fatuidad y distancia, en su frialdad y soberbia, harían un estupendo papel cómico, aún a costa suya. Quién no pagaría por ver a un Zapatero, un Aznar o un Rajoy tratando de encontrar al asesino del dueño de un comercio de telas de Ciudad Real, sin ir más lejos, poniéndose en evidencia, rebajados al trato con mundanos y no siempre amables ciudadanos que han sufrido sus políticas, que escapan del atrezzo que los equipos de propaganda que organizan en torno a sus confundidos líderes.

 

Porque, en el fondo, todo político que deja su cargo, y que vive de lo que fue (sea o no Registrador o conferenciante de  astronómico caché) siempre tiene ese aspecto medianamente ridículo y patético, esa creencia de que realmente llegó a donde llegó no por los votos recibidos sino por la valía personal, ese punto de engreimiento fatuo que tan bien les encaja a todos ellos.

  • Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada ha sido publicado por la editorial Seix Barral el pasado 2021 en la colección Biblioteca Formentor, con traducción de María José Díez Pérez. Como se ha dicho, el libro se lee de manera sencilla, entretiene y permite establecer paralelismos curiosos entre la política germana y otros ilustres compañeros de profesión. La trama es lo bastante liviana como para que no se ponga a prueba la perspicacia del lector a la hora de destripar el crimen y anticiparse a la venerable Merkel, porque el disfrute no está en destapar al asesino, si lo hubiere, sino en seguir los pasos de Merkel haciendo tartas de manzana, agachándose para recoger las cacas de Putin, contándonos cómo se enamoró de Sauer o ayudando a su alelado guardaespaldas a superar sus traumas de amor, quién se lo iba a decir.