Páginas

22 de noviembre de 2009

Los versos satánicos (Salman Rushdie)



-->

La historia es bien conocida. El libro fue publicado en Inglaterra en septiembre de 1988 y casi de inmediato fue prohibido por los gobiernos de la India, Arabia Saudí, Egipto, Somalia o Indonesia entre otros. En febrero de 1989, el ayatolá Jomeini acusó al libro de blasfemo y de apóstata a Salman Rushdie lo que conlleva la pena de muerte. Para dar la importancia requerida a la fatwa y demostrar que los intereses espirituales caminan muchas veces de la mano de los terrenales, ofreció la cantidad de tres millones de dólares a quien asesinara al autor. Posteriormente esta cantidad fue duplicada.

Hasta el año 1998 Salman Rushdie tuvo que vivir oculto, protegido por los servicios de seguridad británicos. Desde entonces, y en tanto que la fatwa no ha sido derogada, su vida privada se ha visto bastante restringida y siempre sometida a importantes medidas de seguridad.

Por desgracia, la fatwa también se extendió a traductores y editores de la obra. La estela trágica se cobró la vida del traductor al japonés de Los versos satánicos. El editor noruego fue tiroteado, el traductor italiano fue apuñalado, treinta y siete personas murieron en un incendio provocado en un hotel con motivo de las protestas contra la traducción de la novela al turco, y así sucesivamente. Quizá por este motivo, la edición que poseo de este libro no hace mención nominal del traductor al español (lo sustituye por el nombre de una sociedad).

Y como digo, todo ello es conocido, y todo ello se ha comentado y debatido en innumerables ocasiones. Se ha puesto de manifiesto la sorpresa de que en nuestro tiempo parezcamos retrotraernos a la época medieval de la quema de libros -¿olvidamos tal vez que hace 70 años, ciudadanos de una nación civilizada hacían lo propio en Babeplatz?- justificándose que el Islam no ha pasado aún por el Renacimiento, Ilustración, etc., obviando que la Historia no es un proceso único y lineal, más aún, la Historia Occidental no es el patrón que han recorrido o deben recorrer otras civilizaciones.

Se ha dicho que no se debe ofender las creencias de millones de personas en el mundo, pasando por alto que el respeto sólo es tal si es mutuo. Y todos se han escandalizado al ver cómo la fuerza de la fatwa es tan poderosa sobre los fanáticos de Pakistán como sobre los inmigrantes instalados en nuestros estados (en Inglaterra fueron muy difundidas las declaraciones de reconocidos empresarios musulmanes que aseguraron que matarían a Rusdhie si tenían la oportunidad). Como no hay mayor fanático que el converso, las declaraciones de Cat Stevens en parecidos términos dieron la vuelta al mundo.

Sí, de todo ello se ha hablado, a costa de no hablar del libro, de su argumento y sus méritos literarios. Tal vez el paso del tiempo desdibuje esta polémica y la reduzca a un breve párrafo introductorio en los comentarios sobre la obra; tal vez entonces no nos preguntemos qué contiene este libro que tanto ofendió a unos y que tanto apoyo recibió de otros sin que probablemente la mayoría de ellos lo leyera.

Entre tanto, tampoco es justo pasar de puntillas por la polémica y manifestarse tibiamente al respecto. La Literatura nació como forma de rebelión contra los poderosos, contra lo impuesto. Si no fuera así, ¿por qué inventaríamos otra realidad, por qué crearíamos personajes fascinantes, más reales que muchos de los que pueblan la Historia? Esta invención conlleva inevitablemente, si hablamos de buena Literatura, poner en solfa nuestra sociedad, sus opiniones y acomodos, sus trampas y falsedades. Y para ello, ningún recurso más apropiado que el humor y la ironía. Como ya he comentado en relación a otros libros, nada teme más el Poder que el humor; nada lo corroe y socava tanto y por ello, nada es perseguido con igual ahínco. Parte del odio generado por Los versos satánicos se debe fundamentalmente a su tratamiento humorístico, humano, de ciertos pasajes de la vida de Mahoma.

Los dos protagonistas de la obra representan dos tipos enfrentados. De una parte, Gibreel Farishta, actor bollywoodiense que encarna las esencias de su país y que representa a sus dioses y mitos en las películas que protagoniza, pasa por unos momentos de duda y se retira del mundo del cine. De otra parte, Saladin Chamcha, quien representa el intento por alejarse de su país, física y culturalmente. Cultivador de un estilo inglés, anticuado para la misma Inglaterra, trata de licuarse y disolver sus caracteres raciales y culturales casándose con la hija de un auténtico representante de la antigua estirpe victoriana.

Por extrañas casualidades, ambos coinciden en un vuelo entre la India y Londres que es secuestrado por un grupo terrorista que finalmente hace estallar el avión sobre el Reino Unido. Farishta y Chamcha se salvan milagrosamente cayendo sobre una playa. Durante su caída un proceso de transformación se apodera de ellos: Chamcha desarrolla progresivamente cornamenta, pezuñas y un incipiente rabo que le asemejan a un demonio. Farishta se verá rodeado por una especie de aura celestial convirtiéndose en la representación terrenal del arcángel Gabriel.

A partir de este momento comienza una tremenda lucha entre ambos; Chamcha tratará de recuperar su apariencia pulcra mientras es denostado por la policía y adorado por un grupo de indios satánicos y algo desequilibrados, culpando en todo momento de su situación a Farishta quien se debatirá entre el ansia de convertir al mundo, la apatía y el intento de retomar su carrera cinematográfica.

Esta lucha pondrá de manifiesto las tensiones ocultas entre la inmigración de origen indio en Londres. Sus grupos vecinales debaten sobre la discriminación y marginación a que son sometidos por las autoridades inglesas al tiempo que no logran ponerse de acuerdo sobre el camino a seguir para luchar por sus derechos. Las generaciones jóvenes toman partido por el enfrentamiento con sus conciudadanos británicos que les escamotean la igualdad y se rebelan contra el servilismo de sus mayores. Asimilación y reivindicación en clave realista son el contrapunto a las figuras de los protagonistas.

Pero en esta extensa novela los temas saltan y desaparecen a cada página siendo arrollados por la acción que los envuelve y por los numerosísimos personajes y tramas que gravitan en torno suyo. El papel de la religión en nuestros días, la discriminación racial por parte de la policía, el uso partidista que hacen los políticos locales de los problemas sociales, la transmisión de valores de padres a hijos, la formación de guetos dentro de las sociedades occidentales, los celos y el perdón, todo ello y mucho más desfila por las páginas de Los versos satánicos.

Sin embargo, algunos de los pasajes más interesantes, los más líricos, aquellos en los que la imaginación de Rusdhie más destaca, son los diferentes interludios oníricos que surgen de la mente confusa de Faristha-Gibreel. Estos sueños se intercalan entre sí y respecto de la acción principal creando un complicado mosaico en el que las relaciones entre todos ellos se multiplican enriqueciendo la lectura, haciéndola más compleja y sugerente.

El más polémico es el que narra la etapa de la vida de Mahoma (Mahound) en la que trata de abrir paso a su nueva religión para lo que concede la posibilidad de que haya otros tres dioses que compartan con Alá el trono de las deidades. Los versos que contienen esta afirmación son recitados por el arcángel Gabriel pero finalmente serán eliminados del Corán por haber sido realmente dictados por el demonio, Shaitán, en lugar de por el arcángel, según afirma Mahound. La polémica por estos versos satánicos parece tener una larga tradición dentro del Islam, algo similar con lo que ocurre con los testamentos apócrifos en el Cristianismo. En este pasaje se viene a acusar a Mahoma de acomodar su enseñanza a partir del triunfo de su religión, en función de su interés. Ante cualquier polémica, subía al monte a escuchar la revelación de Gibreel que, en todo momento, resulta coincidente con la postura del profeta.

El segundo sueño es el protagonizado por una joven india que asegura tener contacto directo con el arcángel Gabriel quien le ha ordenado comenzar una peregrinación a la Meca para lo que deberá caminar hasta el Mar de Arabia y allí, emulando a Moisés, éste se abrirá en dos para que puedan cruzar a pie y alcanzar finalmente el destino de su peregrinaje. En su pasión, arrastra a todo el poblado en el que vive, creyentes o escépticos, favorables a su proyecto u opuestos, concitando la adhesión de muchos humildes en su camino al mar. Esta secuencia recuerda ciertas páginas de García Márquez o La guerra del fin del mundo de Vargas Llosa y justifica por sí sola la frecuente referencia a Rusdhie como un brillante representante del realismo mágico fuera de la Literatura Hispanoamericana.

Por último, el tercer sueño nos revela la vida miserable y cruel de un Imán en el exilio, conspirando para tornar a su país y asumir el poder. Se trata de un remedo del exilio en París de Jomeini y parece un ataque personal contestado por el propio Jomeini en forma de sentencia de muerte para Rusdhie.

Como siempre, la mejor Literatura es la que sabe tratar de manera convincente aquellos temas que preocupan a la sociedad de su tiempo y que, en esencia, vienen a ser siempre los mismos. Los versos satánicos tienen mérito literario suficiente para merecer su lectura, al margen de otras consideraciones. Su estilo es intrincado, mezclando de manera acertada muy diversos estilos narrativos o el punto de vista del narrador que se inmiscuye con plena libertad cuando lo estima preciso.

Su temática es igualmente rica, avanzando muchos de los temas que hoy continúan sin resolver, en especial la contradicción entre quienes rechazan a un tiempo el mundo del que proceden y el mundo que les acoge con reservas, pero también la posición de los que viven en estas sociedades modernas confusos entre el rechazo a su herencia (o a ciertos aspectos de ella) y la incertidumbre de un futuro para el que no siempre es fácil anticipar su signo. A comprender los sentimientos de ambos nos ayuda Los versos satánicos, como es natural, la respuesta estará siempre fuera del libro.




-->

24 comentarios:

  1. Hola Gww:

    Tu crónica ha conseguido el mejor de sus objetivos, que es el despertar la curiosidad o casi la necesidad de leer un libro del que todos hemos oído hablar.

    Me ha parecido una reflexión magnífica sobre una problemática que lejos de quedar obsoleta por el paso del tiempo, está hoy cada vez más viva desgraciadamente.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Me temo que, aunque estoy enterada del asunto (acabo de redondearlo con esta entrada), este libro todavía no ha llegado a mis manos.
    Tu forma de reseñarlo (estupenda) lo hace absolutamente imprescindible.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Buenísima reseña y artículo, GWW, te felicito. He leído varias novelas de Rushdie, que me han gustado mucho, y coincido contigo en que es un buen representante del realismo mágico no hispanoamericano, y es capaz de crear un mundo propio, lo que dice mucho de un escritor. Pero precisamente por la polémica creada en torno a Versos Satánicos,que has explicado perfectamente, decidí aplazar su lectura...y aún sigo sin haberla realizado. Tu artículo me incita
    a intentarlo. Pero ya veremos cuando...¡si vieras la pila de libros que tengo que leer necesariamente desde ya!
    Hay un punto en el que discrepo de tu texto: cuando dices que "La Literatura nació como forma de rebelión contra los poderosos, contra lo impuesto". La literatura, como el arte, nacieron con otros fines expresivos, creo yo. Otra cosa es que, como medio de expresión, como medio de comunicación, que lo es, se use o se haya usado de modo crítico o de rebelión contra lo establecido o contra los poderosos. pero no ligaría su nacimiento a esa función. Creo que la función de la literatura responde a unas necesidades imaginativas y expresivas humanas mucho más amplias.

    ResponderEliminar
  4. He de confesar que yo soy de las que conocía el libro más por las circunstancias que rodearon su publicación que por el libro en sí mismo.
    Me llamó la atención la comparación con el “realismo mágico”.

    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Interesante entrada. Sólo he leído un libro de Rushdie, El último suspiro del moro, y debo admitir que no me gustó demasiado. Quizá lo leí demasiado joven. He querido darle otra oportunidad con La encantadora de Florencia, que espera en mi estantería de libros pendientes. Recuerdo la polémica que generó el libro que reseñas y lo injusto de todas estas acusaciones. Parece mentira que la palabra escrita tenga tanto poder. Ahí sí aplaudo la labor de Rushdie, porque me parece uno de los autores más valientes y comprometidos de nuestro tiempo.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. La sospecha de que la popularidad de este libro sea debida sólo a su polémica, más aún cuando el resto de la obra de Rushdie es infinitamente menos conocida, siempre me ha desaconsejado leer "Los versículos satánicos". Tenía la impresión, un poco influido también por el título, de que el libro era de temática más bien religiosa una especie de ensayo sobre el Islam o algo así.

    Leyendo tu reseña he comprobado lo equivocado que estaba. ¡Qué gran equivocación es juzgar por las apariencias! No sé cuándo, pero leeré este libro. Gracias por sacarme de mi error con tu estupenda reseña.

    Saludos,

    Javier

    ResponderEliminar
  7. ¿es cierto que Rushdie salía con una chica que podía ser su hija?

    Hum... me encantan los rumores de escritores !

    ResponderEliminar
  8. Anónimo9:26 a. m.

    Hello. And Bye.

    ResponderEliminar
  9. Fab-Golem, este libro (en mi opinión) conserva vigencia puesto que anticipa temas que hoy siguen preocupándonos y porque su publicación puso de manifiesto esa contraposición con el Islam que muchos creen inevitable e insuperable pero que, con total seguridad, termina por ser superada.

    Andrómeda, gracias por tus palabras. Yo también estaba al tanto de la historia, pero no del libro, y es una lástima que haya dejado pasar tanto tiempo sin haberlo leído. Luego, otro tema es que te guste o no, una persona a la que se lo recomendé hace unas semanas lo ha dejado por la mitad....

    Ariodante, gracias por los elogios y comparto esa lástima por ver cómo crece la pila de libros pendientes a mayor ritmo que la de los leídos. Al menos, eso nos asegura lectura inagotable, lo contrario sería peor. En cuanto al origen de la Literatura, quizá no sea bueno generalizar ya que el origen es incierto y con total seguridad no único sino que debió tener varios desencadenantes. Tampoco creo que la necesidad de expresión sea lo determinante o al menos es lo que se aprecia en las primitivas representaciones rupestres o en las diosas de la fertilidad que parecían responder a motivos religiosos o similares (o eso dicen, ¿quién podrá saberlo?). Lo que sí creo es que la novela, que es el género que en mayor medida encarna la ficción, supone una contraposición a la realidad, la creación de un ámbito propio, sin leyes, por parte del autor que lo comparte con el lector. Y esto vale para obras tan dispares como el Satiricón (si se admite que sea novela), las novelas de caballería, El Quijote, la picaresca o Los versos satánicos. No es su único sustento (confieso mi exceso) pero me reafirmo en general en esa idea (como buen Tauro, es difícil hacerme rectificar...). Afortunadamente, el Arte admite interpretaciones amplias y variadas, casi todas perfectamente válidas así que gracias por enriquecernos con las tuyas.

    Vivian, la comparación con el realismo mágico responde a la imaginación exuberante de Rushdie quien, al igual que García Márquez, hace conversar a sus personajes con espíritus, trastoca la realidad a su antojo y demás recursos. La verdad es de Rushdie sólo he leído este libro por el que puedo confirmar esta relación de la que había oído hablar. Ariodante ha leído más obras suyas y también lo confirma.

    Elena, gracias por tus palabras y espero que te reencuentres con este autor, yo ya estoy barajando cuál será el próximo que me compre.

    Javier, yo también pensé durante un tiempo así pero en un libro de Kundera leí que Los versos estaban bastante bien, así que guardé la información hasta que al final me he decidido. Lo malo no es juzgar por las apariencias (en general es muy difícil no hacerlo), lo realmente imperdonable es no rectificar.

    Humanoide, no sé si es cierto o no, pero me temo que los escritores en ocasiones tienen vidas más interesantes que sus novelas (me refiero a los malos escritores, claro), pero procuraré averiguarlo.

    Un saludo. a todos.

    ResponderEliminar
  10. En Libros y Literatura hemos organizado un sorteo de libros y un concurso de reseñas literarias, en el que todo el que quiera puede participar. El premio para cada ganador es un lote de libros valorado en 249€. Tienes toda la información en http://www.librosyliteratura.es/libros-2009.html

    Creemos que esta información puede ser útil para ti y para tus lectores, y te agradeceríamos que le dieras la mayor difusión posible.

    Un cordial saludo,


    Libros y Literatura

    ResponderEliminar
  11. Yo conozco más sobre la historia sobre el libro , que la historia del libro

    ResponderEliminar
  12. Libros, gracias por la invitación, espero que el concurso sea todo un éxito. En breve seleccionaré mi reseña.

    Leox, eso que comentas es la peor tragedia de un libro, que se hable más de él por la polémica que generó que por sus méritos (o deméritos) literarios. Averiguar qué había más allá de la controversia fue una de las principales razones que me impulsaron a leerlo.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  13. A partir de su afamada cabeza conocí a Rushdie, digo afamada por el precio que puso el ayatola. Luego vino esa muchacha tan bella con la que vive, modelo, lo que le dio un par de créditos más al escritor.

    Leo tu reseña y me parece que es un libro genial, pero también me ha pasado que a veces las reseñas son mejores que los libros.

    Las veces que decidí leer un libro de este autor renuncié.

    ya vendrá el tiempo.
    saludos Gww

    ResponderEliminar
  14. mario skan, gracias por tu comentario. Efectivamente, un libro puede ser muy bueno pero no por ello debe gustar a todos (ni siquiera parecerles bueno). Además, eso de que cada libro tiene su momento me parece una gran verdad, y hay tanto por leer que es bueno esperar el momento de cada lectura.

    Por cierto, en varios comentarios se cita a la hermosa esposa de Salman, así que he tenido que buscar una foto y reconozco que realmente es guapa aunque no me queda claro si es que a su lado (al de Rushdie, digo) todo se hace hermoso.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Como siempre aprendo cosas nuevas con tu blog, ni idea sobre la comparación del estilo de Rusdhie con el realismo mágico. No he leído nada de él, aunque como todos estoy al tanto de la triste historia que envuelve a la novela. Pero por lo que cuentas tengo ya
    más dientes largos para mi ya larga lista de novelas candidatas.
    Además siempre me sorprende lo mucho que te “curras” las entradas, para disfrute de tus lectores que cada vez son más.

    ResponderEliminar
  16. Felicitaciones, tu reseña me gustó más que la mía. Es difícil encontrar gente que haya leído esta excelente obra. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Hola Ybrim, gracias por tu comentario. Sí que es un lugar común comparar a Rusdhie con el realismo mágico, quizá porque su estilo choque muhco con el de contemporáneos suyos de las letras inglesas.

    Hola Manigna, gracias por tu visita. Estoy de acuerdo contigo, pese a que la novela es muy famosa, lo es sobretodo por las circunstancias que la rodean. Por eso hay que reivindicar su lectura.

    Un saludo y enhoranuena por tu página.

    ResponderEliminar
  18. Anónimo4:52 a. m.

    Pues yo leí el libro y me encantó!!!, a tal punto que lo volví a leer...

    ResponderEliminar
  19. El siguiente libro en mi lista de lectura :)

    ResponderEliminar
  20. E. Mondrian, espero que te guste. Yo demoré su lectura durante bastante tiempo porque la "fama" del libro me hizo creer que su mérito no era literario, y me equivoqué.

    Que lo disfrutes.

    ResponderEliminar
  21. Anónimo2:35 p. m.

    18 de abril.. hoy es el día de San Perfecto - mártir -

    ResponderEliminar
  22. Anónimo7:09 a. m.

    Una reseña plagada de conjeturas... No es mi intención corregir cada error encontrado pero sí al menos partir del punto que, gracias al Islam, existió el Renacimiento. Para atreverse a hacer una "reseña" es necesario estar informado. Por otra parte es "divertido" cómo los juicios de valor se entrelazan con el desconocimiento, no sólo social, sino literario (de forma y fondo), que para un blog de título tan pretencioso y estúpido, es alarmante.

    No estaría de más el comenzar a lidiar con la sintaxis. Ejemplo: "Su temática es igualmente rica, avanzando muchos de los temas que hoy continúan sin resolver..." (Eso queda de tarea para el día que des una vuelta por un taller literario).

    No es lo peor, sino que el hecho de mezclar realidad documentada con fantasía, comparándola de una manera intransigente, se vuelve practica común: "La polémica por estos versos satánicos parece tener una larga tradición dentro del Islam, algo similar con lo que ocurre con los testamentos apócrifos en el Cristianismo."

    De verdad son pocas los momentos en que me detengo por la sorpresa de ver tanta estupidez junta y sin "puntos y aparte" de por medio. Confiesa que no has leído; y mucho menos viajado.

    Es triste encontrar esto, en el entendido que cualquiera puede "postear" lo que sea, cuando sea.

    ResponderEliminar
  23. A veces viene bien un empujón. Que conste que lo tengo en la montaña de los pendientes. Saludos y gracias por la fantástica reseña.

    ResponderEliminar
  24. Gracias a ti por comentar y espero que disfrutes del libro.

    ResponderEliminar

¿Y tú qué opinas de este libro? Háznoslo saber.