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23 de abril de 2006

Homero, Ilíada (Alessandro Baricco)


Baricco se ha embarcado en la tarea de preparar un texto sobre el original de la Ilíada apto para ser leído en una representación pública. Para ello parte de una traducción al italiano contemporáneo y poda escenas que considera menores manteniendo la unidad de la historia tanto desde el punto de vista argumental como estético.

El resultado es una lectura que, lejos de ser un modo alternativo de "evitar" la lectura de un texto largo y difícil, se convierte en una continua invitación a la lectura del original.

La revisión que hace Baricco de la Ilíada destaca el carácter belicoso del poema primitivo pero sabe extraer del mismo las escenas que atemperan dicha imagen y todo héroe, envuelto en la furia del combate se muestra como tal, no obstante, de cada protagonista tenemos al tiempo un discurso en contra de la guerra. Guerra, de la que por otra parte no pueden escapar, siendo meros actores de la misma.

Esta contradicción interna entre los actos y los deseos y, por tanto, el tema de la libertad (los griegos dirían estar sometidos a la voluntad de los dioses, ¿a quién sometemos la nuestra?) son un ejemplo de la vigencia de este poema y de la necesidad de acudir a los textos originales para asombrarnos de la pervivencia en el tiempo de los debates entre ideas que parecen resultarnos novedosas.

9 de abril de 2006

La conjura contra América (Philip Roth)



Philip Roth ha escrito una novela de historia-ficción que desarrolla la hipótesis de que Charles Lindbergh (el famoso aviador de los años 20) hubiera resultado elegido presidente de los Estados Unidos en 1940, alejando a su país de la política favorable a Gran Bretaña en su conflicto con la Alemania nazi e instaurando determinadas políticas en contra de los judíos y otras minorías.

Dos son las principales aportaciones de la novela, al margen de la especulación histórica.


El narrador es el hijo menor de una familia judía de clase media que lucha por comprender el entorno a través de los retales de realidad que atisba a través de los noticiarios radiofónicos, periódicos, conversaciones familiares, etc. Este peligroso cóctel lleva al pequeño desde el sentimiento de orgullo hasta el temor por su propia vida creando un marco opresivo (faceta propia de toda infancia) no atemperado por elementos de esperanza más allá de la figura de su padre. Precisamente la capacidad de transmitir esa perplejidad desde el punto de vista de un niño (que actúa y piensa como tal) es uno de los mayores méritos de la novela.


La segunda aportación de la novela (en línea con la obra de Roth) es el reflejo de un mundo basado en valores como el esfuerzo, el trabajo callado y el mérito personal en el ámbito individual y el sentimiento de ciudadanía y sus responsabilidades (hoy sólo hablaríamos de los derechos que conlleva) en el ámbito público, valores todos ellos representados en la figura del padre. Roth huye del maniqueísmo ya que la coherencia lleva a este cabeza de familia a poner en peligro la existencia de todos ellos al no aceptar la posibilidad de que una nación haya perdido la capacidad de actuar con rectitud y justicia en defensa de todos sus ciudadanos. En su propia derrota se alza, sin embargo, como el único personaje que parece tener un motor de conducta dictado por algo más que las extremas circunstancias del momento histórico en que se desarrolla la trama.

Alguien podrá pensar que la intención de la novela es trazar un paralelismo con la política estadounidense actual, los méritos comentados justifican la lectura desde un punto de vista puramente literario y el disfrute de la misma.

Otras obras de Roth: