La Gran Vía de Madrid, que este año cumple su primer centenario, surgió de la necesidad de crear un eje que facilitara las comunicaciones entre las estaciones de Príncipe Pío y Atocha, de abrir un amplio espacio urbano en la maraña de pequeñas calles insalubres que tejían esa zona de Madrid y permitir, al tiempo, la creación de una importante calle comercial con edificios imponentes y modernos, un escaparate de la modernidad en un Madrid.- una España- que vivía aún inmersa en el siglo XIX y alejada en gran medida de las corrientes urbanísticas más importantes de Europa.
Con el tiempo, esta calle ha ido evolucionando de muy diversas maneras conservando siempre su esencia como centro neurálgico de la ciudad, pasarela de tendencias, centro comercial y de negocios. Para quienes vivimos en Madrid, aunque de Madrid no seamos, este libro nos ofrece la oportunidad de adentrarnos en unas escenas y una sociología que no hemos llegado a conocer (los vocingleros del SEPU, los grandes estrenos en sus cines, el esplendor de Chicote o la presencia de ilustres visitantes, desde Hemingway a Eisenhower).
Sin embargo, Raúl Guerra Garrido no pretende narrar la historia de esta emblemática vía, todo lo contrario, su perspicaz atención ha compuesto una obra formada por diversas escenas que configuran un collage en el que podemos conocer esta calle no desde la imponencia de sus edificios o los acontecimientos históricos que ha contemplado, sino desde la perspectiva de los ciudadanos que por ella han paseado, comido, bebido o fallecido. Son las historias de estas personas, notables o ignotas, nacionales o inmigrantes, las que a través de sus quehaceres nos hablan de la importancia de esta vía.
Estas historias breves abarcan los más diversos registros y estilos. Nos encontramos con vivaces diálogos, historias policíacas o detectivescas, pequeños sucesos íntimos o grandes acontecimientos históricos. Pero también nos ofrece sus “texturas urbanas” que recogen los textos de los anuncios, reclamos, eslóganes, marcas comerciales o nombres de establecimientos que se pueden encontrar en un paseo por sus aceras como si de un fresco vital se tratara.
También encontramos interesantes recreaciones de dos obras En la colonia penitenciaria o Ante la Ley de Kafka ubicadas en el contexto de la Gran Vía (como ejemplo, el guardián de la puerta de la Ley se ha metamorfoseado en guarda jurado, encargado de impedir que mendigos y drogadictos acampen cerca de la puerta de la empresa que protege).
Y es del conjunto de todas estas historias de lo que surge la comprensión de esta calle, de su significado social, pero también del ser humano que la puebla, que no es especialmente diferente al que puebla cualquier otra calle de cualquier otra ciudad, donde se pasean brazo contra brazo el rufián y el joyero, el representante de artistas y el mozo de cuerda dispuesto a labrarse un futuro. Es este paisaje humano el que se convierte en el protagonista del libro, pasando la Gran Vía a ser el mero escenario en el que discurren sus vidas.
El mundo literario de Guerra Garrido se muestra abigarrado y barroco en ocasiones, directo y moderno en otras, pero siempre acierta en el retrato de los caracteres que dibuja. Los mecanismos psicológicos de sus personajes se revelan a través de sus actos y sus palabras, pero adquieren validez universal, de ahí que este libro no exija del lector un conocimiento de su hábitat geográfico sino un afán por comprender mejor el mundo urbano que le rodea.
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