23 de agosto de 2010

El quinto en discordia (Robertson Davies)



Echar la vista atrás y repasar lo vivido es un ejercicio saludable. Hemos de presuponer que con la experiencia y sabiduría acumulada, uno es capaz de enjuiciar con justeza e imparcialidad lo vivido, reinterpretando las pasiones de juventud, relativizando los éxitos de la madurez y los sinsabores de la vejez. Y damos por buena esta visión, la consideramos el dibujo fiel de una vida, la última palabra en definitiva.

Pero sólo puedo estar de acuerdo en que esa revisión postrera es la definitiva en tanto que no habrá otra que la siga y rebata; más que la definitiva, será la última e indiscutida por imperativo biológico. A lo largo de nuestra vida interpretamos nuestros actos y nuestros deseos en función del momento y de lo aprendido. La visión que de nosotros tenemos varía de continuo; por fortuna, nos rehacemos y reinventamos cada día. Caemos y nos alzamos repetidas veces con tozudez animal para diferenciarnos de los animales cuyas vidas se suponen carentes de objetivo y aspiración final.

Y, sin embargo, lo que para la vida no resulta convincente, para la Literatura es una fuente inagotable, todo un género propio que ha dado lugar a algunas de sus mejores páginas. Adustos ancianos que repasan su vida con imposible precisión en el detalle, en las palabras pronunciadas o escuchadas, en las fechas e incluso horas en que fueron dichas, todo ello para enjuiciar (o justificar, que de todo hay) cada acto, propio o ajeno, reescribiendo la historia definitiva de su vida.

Éste es el caso de El quinto en discordia, novela que abre la llamada Trilogía de Deptford en la que Robertson Davies recurre a sus recuerdos en el Canadá rural de su infancia para narrar tres vidas: la de Boy Staunton, un exitoso hombre de negocios, la de Paul Dempster, un prestidigitador de fama mundial y la de Dunstan Ramsay, un profesor que tiene por especialidad las vidas, reales o míticas, de los santos católicos. Cada una de estas tres novelas se centra en la vida de uno de estos personajes figurando los dos restantes como protagonistas secundarios y ofreciendo un cuadro completo sobre la vida de todos ellos.

En lo que a El quinto en discordia se refiere, nos adentramos en la vida de Dustan Ramsay, en su visión del mundo y en su papel en la vida de los otros dos personajes. Y todo comienza por una pelea en la que Boy Staunton le arroja una bola de nieve que logra esquivar y termina impactando en la sensible esposa del pastor baptista de Deptford lo que provoca el nacimiento prematuro de Paul Dempster y el debilitamiento mental de la madre.

Pese a no haber arrojado esa bola de nieve, Ramsay cargará toda su vida con un sentimiento de culpa por haber sido el verdadero destinatario del golpe esquivado, quien pudo evitar el desencadenamiento de tan terribles acontecimientos. El autor no acierta a explicar si este sentido de la responsabilidad que le lleva a acompañar a la madre de Dempster hasta sus últimos días o a cuidar del pequeño y poco vigoroso niño nace repentinamente de este hecho trivial o si su personalidad habría devenido igualmente en el mismo sentimiento. Lo cierto es que, desde ese momento, Ramsay inicia su periplo vital como tercer vértice de esa extraña relación que une a los tres protagonistas.

Formalmente la novela responde al escrito que Dunstan, recién jubilado y molesto por el tono de los discursos pronunciados en la ceremonia de homenaje y despedida que le ofrecen sus compañeros, decide remitir al director del centro educativo para el que ha trabajado durante toda su carrera con el fin de dejar constancia de que su vida no ha sido tan grisácea y anodina como de esos discursos, benévolos, condescendientes y algo irónicos, puede desprenderse.

Pero este propósito queda pronto olvidado y salvo puntuales referencias al destinatario del informe, asistimos como espectadores a la vida de Ramsay quien, desmintiendo su propia intención original, nos demuestra cómo su vida sólo parece cobrar sentido en relación a la del resto de personajes. Él enseña las artes de prestidigitador a Dempster, él actúa como confidente de Staunton e incluso se beneficia de los consejos financieros de éste y a cambio procura consuelo a su esposa afligida por las infidelidades del magnate. Él cuida a la señora Dempster hasta su muerte sin llegar a reconocer la naturaleza de sus sentimientos envueltos en una mezcla de piedad religiosa, sentimentalismo y honestidad.

El mismo sino parece aplicable a su labor como profesor de Historia ya que se especializa en el estudio de la hagiografía, lo que le convierte nuevamente en espectador de las vidas ajenas, al tiempo que repite su equidistancia esta vez entre sus colegas, mayoritariamente protestantes, y los religiosos católicos que desconfían de un protestante aficionado a sus santos. Extraño en cualquier tierra, sólo su mundo interior y sus convicciones le ofrecen una tabla segura a la que agarrarse para evitar la zozobra.

De esta dependencia de terceros surge precisamente el título de esta novela, El quinto en discordia, que es como se conoce en el mundo de la Ópera y el Teatro a ese personaje necesario para intervenir entre los dos rivales masculinos y femeninos, el que conoce los secretos de todos ellos y que, al igual que Ramsay, viven realmente a través de la vida de los demás sin ser capaces de dotar de impulso a la suya propia.


Pero no nos engañemos, Ramsay no ha logrado el éxito económico, aunque vive de modo más acomodado que el resto de sus colegas profesores gracias a los consejos de Staunton. Tampoco consigue un gran reconocimiento profesional fuera del reducido círculo de especialistas en las vidas reales o inventadas de todo tipo de santos, siendo mirado con cierta indulgencia por el resto de sus compañeros e incluso alumnos. En el amor tampoco parece lograr la plenitud que, sin embargo, anhela. ¿A qué se debe este destino a medio construir pero sin remate?¿A qué este carácter de quinto en discordia que le reduce a pieza necesaria para el éxito ajeno pero carente de un sentido propio?

Lo que nos enseña Robertson Davies en esta novela es que, desafiando a las apariencias, una vida nunca debe ser juzgada por los parámetros de éxito comúnmente admitidos. Y es en este sentido cuando comprendemos que, con justicia, Ramsay considera su vida plena y dotada de sentido, original, alejada de grisáceos caminos previsibles. Su profunda moralidad, su integridad trasnochada, le han permitido mantenerse fiel a la imagen de aquel chico de Deptford que congeló su mundo una fría tarde de su infancia. Y es en ese mismo instante cuando las vidas de Paul Dempster y Boy Staunton, con sus brillos y sus incontables sombras, con su renuncia a sus orígenes, con su afán por reivindicarse a sí mismos a cualquier precio, ajenos a todo, parecen más vacías y erráticas que la del modesto profesor jubilado.

En muchos sentidos estamos ante una obra admirable. Davies tiene una prosa sencilla y precisa que desgrana los acontecimientos con la serenidad de la distancia al igual que ocurre con muchas de las obras de Philip Roth con las que guarda cierto paralelismo. El enorme peso del mundo de la infancia, los acontecimientos históricos entremezclados con la vida de los personajes, los dilemas morales, todo ello conecta a ambos autores. Sin embargo, y teniendo como única referencia esta novela de Davies, su obra parece nacer más de los personajes que de las situaciones sociales o históricas. El dibujo de los personajes es en Davies superior al de Roth, más complejos y menos previsibles, más reales.

Con prólogo de Valentí Puig y traducción esmerada de Natalia Cervera, Libros del Asteroide recupera esta obra publicada por Davies en 1970 e inédita en España junto con las otras dos integrantes de la Trilogía de Deptford en una edición cuidada como es marca de la casa.

El quinto en discordia no es propiamente una novela sobre un antihéroe sino la reivindicación de una postura ante la vida y ante los demás. Una atrevida propuesta a la que el lector deberá estar atento para no caer en la trampa que el propio Davies le presenta. ¿Es realmente Ramsay el quinto en discordia?¿Lo somos nosotros?



13 de agosto de 2010

Nueve meses de lectura

Durante los últimos meses, junto a los libros aquí comentados, he dedicado mis horas a un tema del que desconocía casi todo y del que ahora sólo me queda poner en práctica toda la teoría. Fiel al espíritu de dejar constancia de mis lecturas, recojo mis impresiones de estos libros por si pueden ser de interés para algún visitante de este blog.

Qué se puede esperar cuando se está esperando
Heidi Murkoff y Artene Eisenberg
Ediciones Medici
Páginas: 688
Precio: 38,50€

Voluminoso libro que, junto a unos capítulos iniciales introductorios sobre aspectos muy variados (dieta, problemas de concepción, el papel del padre –es un alivio saber que tenemos algo que ver en esta aventura-, etc) se organiza por los meses del embarazo.

En forma de preguntas y respuestas va desgranando para cada mes los aspectos más importantes de cada etapa y aquellos que más pueden preocupar a los padres primerizos. Se explican aquellos aspectos preocupantes, en qué casos se debe llamar al médico, cuándo son normales síntomas que pueden parecer alarmantes, cómo evoluciona el bebé, cuánto debe pesar aproximadamente, qué ejercicios debe realizar la madre, ....

El libro dedica también amplio espacio en sus últimos capítulos al parto, post parto y casos peculiares de embarazo problemático.

Su extensión no debe asustar a nadie puesto que hay capítulos completos que sólo deben ser leídos en caso de afectarnos directamente y el resto, gracias a la organización en torno a preguntas, permite seleccionar aquellas cuestiones que nos interesan, obviando otros aspectos que pueden no estar afectando a la madre.

Selecciono al azar algunas de las preguntas a modo de ejemplo:

- He oído a algunas de mis amigas hablar del test de Apgar, ¿qué es?
- El médico me ha dicho que tengo azúcar en la orina pero que no debo preocuparme. Sin embargo creo que tengo diabetes.
- ¿Debo tomar vitaminas?
- Algunas veces percibo espasmos ligeros en el abdomen. ¿Se trata de patadas o contracciones?
- ¿Es conveniente que aplace mis vacaciones por estar embarazada?

Como se ve, es un libro que aclara muchas dudas pero no recomendable para hipocondríacos/as.


Concepción, embarazo y parto
Miriam Stoppard
Ed. Grijalbo
Páginas: 384
Precio: 30,00€

Este otro libro trata de abarcar igualmente esa etapa tan intensa y hermosa que es el embarazo desde otro punto de vista: temático y no cronológico. Así, los capítulos se refieren al embarazo saludable, el cuidado del feto, cuidados prenatales, un embarazo sensual, etc.

Las abundantes fotografías y dibujos, recuadros diferenciados, esquemas y demás facilitan una lectura más amena y dinámica pero con el inconveniente de que sólo quien haya leído (al menos superficialmente) el libro no tendrá una visión completa de los cambios que está viviendo la madre y el bebé. De este modo puede resultar más complicada la consulta ya que si queremos conocer si se puede hacer ejercicio en el quinto mes de embarazo o la dieta recomendable en un determinado momento, las pruebas que nos mandará el ginecólogo, etc, tendremos la información dispersa.

De este modo, este libro es más una interesante lectura sobre el embarazo que un guía práctica y útil para el día a día. De formato más moderno que el anterior afronta los temas desde una perspectiva más positiva incidiendo en la experiencia que el embarazo supone y menos en aquello que puede y debe preocupar a la embarazada.


Duérmete, niño
Eduard Estivill y Sylvia de Béjar
Debolsillo
Páginas: 160
Precio: 9,95 euros


Polémico libro donde los haya. Si de los artículos de prensa que he leído sobre él tuviera que hacerme una idea, ésa sería que el padre debe ser un monstruo frío que resiste a los lloros de su hijo tras la puerta, agazapado y con cronómetro en mano en busca de su propio descanso.

Pero también cuenta el boca a boca, y la verdad es que basta contrastar las ojeras de los conocidos que no han empleado el método porque aseguran que no se puede ser tan cruel con los niños o que con sus hijos no hay forma, con las de aquellos que parecen descansados y frescos después de haber memorizado cada párrafo del libro.

Y una vez leído, parece que el peso de todo el sistema se apoya en la rutina más que en “dejar llorar”. Sólo creando una rutina (que incluye la disciplina en los horarios, la diferenciación entre el sueño diurno y el nocturno, la cuna, los juguetes, etc) se puede infundir al niño la seguridad y confianza suficiente para lograr que se duerma sin necesidad de agotar el repertorio de nanas o de pasar largas horas acunando al bebé en brazos.

Lo que parece claro es que sólo la creación de esa rutina desde sus primeros días favorecerá el descanso de toda la familia y evitará recurrir al cruento llanto del niño desconsolado.

Como cualquier teoría, sólo importa su eficacia en la práctica (y en mi caso concreto, ser la excepción no me serviría de consuelo) supuesta la firmeza suficiente para no derretirme ante la primera amenaza de gimoteo.

Conste que en estos primeros días no voy por buen camino...

Todo un mundo de sensaciones
Elizabeth Fodor y Mª Carmen García-Castellón
Ed. Pirámide
Páginas: 376
Precio: 27,00€


Este libro pretende ser una guía para que los padres puedan ayudar a su pequeño a adentrarse en un nuevo mundo totalmente desconocido. Las autoras explican que la impresión que del parto se lleva un niño puede ser similar a la que nos llevaríamos nosotros si fuéramos secuestrados por unos alienígenas y llevados a vivir en Marte, con su atmósfera (si es que se puede hablar en esos términos), su gravedad diferente, etc. El esfuerzo de comprensión debe llegar en estos primeros seis meses a través de los sentidos, que es lo que comunica fundamentalmente al bebé con su entorno.

Para ello, se nos ofrece un completo resumen de juegos, técnicas y masajes propios para ir desarrollando la confianza del niño, facilitando su movilidad, su curiosidad y ganándonos su afecto desde el primer día.

Al final de cada capítulo se recoge una ficha resumen de estas actividades propuestas para el mes de que se trate lo que sirve como una estupenda guía esquemática para no olvidar nada. 

Y no es que uno pretenda aplicar todo lo que ha leído. Presumo que finalmente la iniciativa y la intuición paternas pueden resultar más eficaces, pero tener una base mínima (e incluso teorías contrapuestas) puede ser un buen punto de partida.


Prepárate Papá: una guía para padres novatos
Gary Greenberg y Jeannie Hayden
Ed. Grijalbo
Páginas: 240
Precio: 14,50€

Por último, una lectura más cómica en la que se ironiza con los miedos del padre, ese ser torpe que parece quedar apartado de la inicial relación madre-bebé pero que también puede aportar su grano de arena respecto del nuevo habitante de la casa.

Al padre novato se le trata de aleccionar en aspectos tales como la diferencia entre el hermoso aspecto de los bebés de los anuncios televisivos y el engendro que el ginecólogo le entregará en el momento del parto: Un niño amoratado, con la cabeza algo deformada, los ojos hinchados, tal vez cubierto de sangre y con una gruesa capa de vermix que le hace parecer un extraño ser de otro mundo.

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También explica de manera simple (no olvidemos que este libro está escrito para hombres) cómo sacar los gases al niño o cómo sostenerle sin que su cabeza se descuelgue como la de una marioneta. Cómo fabricar los primeros juguetes y cómo emplear al bebé como disculpa para evitar visitas a familiares indeseables (también nos alienta a comprobar cómo aumenta nuestro atractivo ante los ojos de todas las mujeres de mostrándonos como verdaderos padrazos). En definitiva, procura asegurar el papel del padre sin que su orgullo propio se resienta.

Para poder hacerse una idea de este libro, se puede consultar la página de la versión original (http://www.beprepared.net/).



Y esto es todo. Vuelvo a cambiar pañales y a olvidar todo lo leído y aprendido hasta ahora.