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3 de noviembre de 2024

La vegetariana (Han Kang)



¿Qué hay detrás de la extraña transformación de Yeong-hye? La vegetariana de Han Kang abre con la decisión enigmática de su protagonista de rechazar todo alimento de origen animal tras una pesadilla, sin justificación, sin consuelo. En una sociedad coreana que rechaza cualquier disonancia, Yeong-hye cae en un abismo de incomprensión y alienación que Kang explora con una maestría escalofriante. No es solo una historia sobre vegetarianismo, ni siquiera sobre rebeldía; es un viaje inquietante por los rincones de la mente y la soledad humana, una novela que, con su prosa desnuda y lírica, nos coloca frente al espejo y a nuestras propias obsesiones.


Algunos libros alcanzan la magia de marcar a sus lectores, bien por su temática, bien por su estilo, pero muy pocos son capaces de dejar un recuerdo memorable en ambos aspectos. La vegetariana es, sin duda, uno de ellos. No será fácil separar el interés real por la novela derivado del brillo del Premio Nobel que acaba de recibir Han Kang, del éxito que el libro habría merecido de otra manera.


Y aunque la novela se convierta seguramente en un éxito de ventas, pese a llevar ya varios años publicada en España de la mano de la editorial Rata, si bien los derechos actualmente los posee Random House, lo cierto es que será digno de celebrar, especialmente si cuantos la compren se adentran en su lectura y no queda como un libro de lustre en la estantería polvorienta, porque como señala Sunme Yoon, su traductora al castellano, este libro puede cambiar vidas, aunque tampoco una afirmación tan grandilocuente debe asustar, al menos a quien esté satisfecho con la suya.


Invocar la capacidad transformadora de la Literatura es un buen punto de partida y una buena recomendación para adentrarse en la lectura de cualquier gran obra porque, leído como mero entretenimiento, de manera pasiva, como si la cosa no fuera con nosotros, las mayores y mejores obras pueden resultar anodinas y fatuas, como suele ocurrir con las lecturas escolares. Pero si comenzamos a leer La vegetariana con un espíritu abierto nos adentraremos en un mundo que la autora nos ha preparado, mundo muy similar al nuestro hasta el punto de confundirnos y poder creer que nos habla desde la literalidad cuando su idea apunta a una universalidad absoluta aferrada a un supuesto realismo.


Yeong-hye, la protagonista de La vegetariana, es una mujer que no destaca por nada especial, que resulta tan anodina que éste parece ser su principal distintivo y que tal vez sea el único motivo de atracción por parte de su marido, que cree que no merece nada mejor que ella pues también él resulta ramplón y mediocre. Y, sin embargo, un día, Yeong-hye se despierta tras una pesadilla y comienza a vaciar el congelador de su casa arrojando a la basura todo alimento de origen animal.


No hay una explicación clara más allá de que todo se debe a un sueño, una especie de pesadilla, pero la decisión parece firme aunque resulte incomprensible e incluso risible en una sociedad tan poco dada a la estridencia como la coreana. Yeong-hye tampoco parece interesada en explicar sus motivos. Y en esta decisión se abre un abismo de soledad pasmoso. Cuantas más personas traten de llevarla de vuelta al redil, más separada se sentirá de ellos, más extraña se revelará ante sus ojos.

 

A partir de aquí se desarrolla el argumento completo de la novela, el resto de la vida de la vegetariana, contado en tres grandes bloques, cada uno de ellos con una voz narrativa diferente, ninguna de ellas la de la protagonista, en un juego brillante por el que algunas escenas se cuentan desde diferentes perspectivas completando un cuadro global, pero también haciendo avanzar la narración de manera casi lineal.  Igual que el entorno de Yeong-hye le niega la voz, tratando de forzar su decisión, Kang hará lo mismo en la novela, cediendo la voz a quienes rodean a la mujer.  


La primera parte es contada por el marido, el primero en sufrir el choque y las consecuencias. Por primera vez en su vida comienza el día sin una ración proteica en condiciones, pero pronto las consecuencias irán extendiéndose como una mancha y, cobarde como es, recurrirá a su familia política para tratar de enmendar la situación.  Kang cede la primera persona a este marido confuso, lo que resulta la menos evidente y más complicada opción ya que corre el riesgo de adentrarse en el choque psicológico que padece el marido en lugar de en la vegetariana, pero logra que aquél desaparezca, casi se nos haga invisible, en beneficio de su esposa, verdadera protagonista desde la primera página.   


La segunda parte de la novela nos viene narrada en tercera persona desde la perspectiva del cuñado de Yeong-hye, un artista que se gana la vida con creaciones audiovisuales y que terminará obsesionado con la hermana de su mujer, con su mezcla de fragilidad y fortaleza, una firmeza e inquebrantable coherencia a la hora de llevar adelante su convicción de no comer carne pese a todas las oposiciones y conflictos que esto le acarrea. Y esta actitud casa muy bien con su vena artística, algo debilitada por el tiempo, haciéndole recuperar parte de ese entusiasmo creativo.  


Esta segunda parte es la más hermosa y lírica de toda la novela, la que ronda lo onírico y en la que descubrimos una nueva faceta de la protagonista, más libre y confiada, menos cerrada. El tono erótico, en ocasiones rozando lo obsceno, forma un contraste con el resto de la novela, pero que parece encajar de manera perfecta. El cuerpo de la protagonista se convierte en protagonista, tomando un papel que dará un giro importante en los temas que se abordarán en la siguiente parte. También aquí es donde llegamos a comenzar a comprender e intuir sus emociones y su sentir, quebrar levemente el caparazón que parece protegerla.

 

La tercera parte viene narrada por In-hye, la hermana mayor de Yeong-hye, quien inicialmente se suma al coro de discrepantes, de quienes le reprochan su tozudez, obviando la suya propia, pero que irá aproximándose poco a poco a su hermana de un modo que no podemos revelar.



 

Contado así, tal vez La vegetariana no parezca una obra prometedora, como tampoco lo resultaría la historia que se inicia con una citación judicial por un supuesto delito que el acusado desconoce. Y, sin embargo, tanto en la obra de Kafka como en la de Kang, un comienzo banal, casi absurdo, antiliterario, deriva en consecuencias imprevistas, en un mundo propio, ya no ligado a nuestra realidad pese a que todo el entorno sea netamente realista. Continuando con el paralelismo con Kafka, al que también se refiere Gabi Martínez en una interesante introducción, el estilo de la prosa de ambos tiene en común la crudeza exenta de adornos, la descripción fría y desapasionada de los hechos, la narración casi notarial de acontecimientos que harían saltar todas las alarmas. Y, pese a ello, Han Kang tiene breves destellos líricos en forma de descripciones, de alusiones veladas, y de continuas referencias a la Naturaleza, que ejerce una llamada constante a la protagonista, un reclamo ominoso en ocasiones, sugerente en otras.


Dicho lo anterior, pasaremos a enumerar todo aquello de lo que la novela no habla en mi opinión. No estamos ante un canto a la mujer y a la reivindicación de su cuerpo como espacio propio, tampoco es una crítica al heteropatriarcado reinante, ni por supuesto, al neoliberalismo que nos obliga a consumir carne, como si el veganismo no fuera también bandera de negocios multimillonarios. Y no habla de todo ello porque realmente la novela trata de aquellos temas que obsesionen a quien la lea, y en ella verterá su propia interpretación. Como Joseph K. no representa la lucha contra la burocratización o la protagonista de Ensayo sobre la ceguera no es una profeta, sino que son creaciones literarias poderosas capaces de trascender a su tiempo.


Han Kang nos habla de la violencia sorda y callada, de la locura a que nos lleva la inmensa soledad que vivimos, del ansia de tocar tierra, de plantarnos como árboles cabeza abajo para crecer libres como ellos, pero ya lo he dicho, tampoco de esto habla, y aquí radica la infinita grandeza de este libro y explica el reconocimiento que recibió a través del Premio Booker Internacional de 2016 y el que, en lo sucesivo, recibirá de cuantos se acerquen a ella.





 

 

26 de octubre de 2024

Soy Milena de Praga (Monika Zgustova)

 


 

“Soy Milena de Praga” era el modo en que Milena Jesenská se presentaba cuando se encontraba fuera de su ciudad natal. Y este peculiar comportamiento puede derivar de una notable autoestima, casi como un personaje de la nobleza, Leonor de Aquitania, Cristina de Suecia, o una franca manera de relacionarse sin rodeos ni distanciamientos. Sea como fuere, Monika Zgustova toma ese concepto para escribir una biografía novelada de la joven checa, Soy Milena de Praga (Ed. Galaxia Gutenberg).


Si bien la vida de Milena es principalmente conocida por su breve relación con Kafka, epistolar en gran medida, como todas las relaciones que mantuvo el escritor, lo cierto es que su vida presenta gran interés más allá de este encuentro. No solo la vida de Milena nos permite conocer de primera mano la evolución histórica del convulso periodo de entreguerras en centroeuropa, sino también el papel de las mujeres en ese tiempo en el que la liberación comenzaba a ganar relevancia.


La obra se articula en la influencia que diversas personas tuvieron en Milena. Comenzando por sus padres. Su madre, Milena también de nombre, falleció cuando apenas había cumplido los dieciséis años, marcando profundamente el porvenir de la niña. Su ausencia dejó al padre, un cirujano y profesor universitario, con la ingrata labor de criar a una pequeña rebelde. Jan Jesenská era un patriota checo en una Praga sometida al Imperio Austrohúngaro en la que la cultura dominante era la alemana, la lengua oficial la alemana y el novio de su hija, germanoparlante. Aunque su rigor extremo fue un freno para la alocada Milena, lo cierto es que su figura semi ausente, siempre preocupado por sus altas ocupaciones, dejó a Milena tiempo libre para desarrollar su espíritu artístico y desinhibido al tiempo que mostraba una especial preocupación por su hija en un tiempo en el que no era frecuente que las jóvenes continuaran estudios más allá de una formación mínima.   


Y la joven no desaprovechó la oportunidad. En efecto, Milena solía frecuentar el café Arco en el que sin duda tuvo que coincidir con Kafka cuando éste apenas era conocido fuera de su círculo de íntimos, pero en el que realmente se enamoró de Ernst Pollak, un joven banquero con grandes intereses culturales, especialmente en o referido a la crítica literaria, que pasaba su tiempo libre en tertulias y círculos literarios. Pese a que Jan Jessenská hizo todos los esfuerzos posibles para que su hija abandonara la relación, poco pudo lograr. Incluso cuando Milena quedó embarazada y recurrió a su padre para que solventara la situación, y éste le apoyó en el aborto, creyendo que era el modo de vencer al pretendiente, erró en su juicio. Finalmente, aceptó la boda a cambio del compromiso de la pareja de abandonar Praga y mudarse a Viena para evitar al padre la vergüenza pública.


Corría el año 1918, final de la guerra en una Viena derrotada, que perdía su capitalidad imperial y se veía humillada por las naciones aliadas. Y en esa Viena Milena comprende que igual que no habría sido aceptada en la Praga recién refundada como capital del estado checoslovaco, tampoco lo sería en la Viena republicana, siendo vista como una checa, una especie de campesina paleta, de emigrada. No creamos que pudo hallar consuelo en su recién creado matrimonio. Cuando la pareja llega a Viena, en la misma estación, Pollak la deja plantada para reunirse con su amante y así  Milena entiende desde el primer momento cuáles son las reglas de la relación. Cuando se asienten en un domicilio la casa quedará dividida en dos partes, la de Pollak, para sus tertulias, trabajo y amantes, la de Milena, para consumirse viva.


Trabajará donde pueda y como pueda, tratando de abrirse camino como reportera, escribiendo para algunos diarios checos sobre las duras condiciones de vida de la población vienesa durante aquellos años, seguro que una lectura que haría las delicias de los praguenses.


Sus esfuerzos literarios son motivo de burla en el círculo praguense de Viena que frecuentan los amigos de Pollak y en el que conoce a célebres personajes como Broch, Werfel y otros tantos. Pero la necesidad sigue apretando y llega a ofrecerse incluso como profesora de checo. No se plantea abandonar a su marido haciendo de la necesidad virtud creyendo que antes o después volverá a nacer el amor que tuvieron cuando fueron novios. Y así, escribe sobre las esposas modernas, desenvueltas y liberales que permiten conductas dudosas en sus maridos como lo más normal del mundo, escribe sobre la Milena que le gustaría asumir que es pero que realmente no se corresponde con su ser íntimo. Trata de suicidarse, sufre de continuo, pero no abandona a Pollak.


Cada vez se refugia más en la Literatura, no tanto en escribirla, por ahora su mundo es el periodístico, sino en la obra de otros, la de Kafka en particular, a quien admira y comienza a traducir algunas de sus obras. Da inicio el intercambio epistolar que culmina en la visita de Franz a Viena durante varios días, un episodio feliz y redentor en la vida de ambos.  


Pollak se muestra celoso cuando conoce los escarceos amorosos de su mujer, pero Milena lo interpreta como un rescoldo de amor y se siente atada a una Viena a la que llama su madrastra, relación similar a la que Kafka mantiene con la madrecita Praga. Ambos comparten también una figura paterna autoritaria y la anécdota de Kafka durante el viaje de regreso a Praga, sus problemas con el visado, dan lugar a la sugerencia de Milena para el germen de El Castillo.



Y tal vez el poder literario de Kafka, no le permita unirse a él, pero sí le da fuerzas para regresar a Praga, reconciliarse con su padre y romper con Pollak. Ya en la ciudad, trata de encontrar empleo como periodista aunque solo recibe la proposición de dirigir la sección femenina de un diario conservador. Y se convierte en una espléndida y conocida periodista en la ciudad, todo un personaje de una renaciente Praga. Conoce a Jaromír Krejcar, un arquitecto comunista del que se enamora y con el que terminará casándose por segunda vez. Su vida es el ejemplo de los felices veinte, aunque el embarazo de Milena y los problemas consiguientes le traerán la desgracia. A punto de dar a luz sufre una caída en uno de sus habituales paseos montañeros y se lesiona una pierna malamente. Los dolores terminan por hacerla adicta a la morfina y debe caminar ayudada por un bastón. Jana su hija es una gran alegría, pero llega en un momento terrible como lo son los días que están marcando el signo de los tiempos. Los años treinta traen la gran crisis económica y el surgimiento del fascismo, junto a la anexión y ocupación de Checoslovaquia por Alemania.


Su marido viaja a Rusia causando la separación definitiva de Milena y ésta comienza a apoyar a los grupos de izquierdas opuestos a los nazis, terminando por ser detenida e internada en el campo de Ravensbrück . Allí habrá conocido a Margarette Buber-Neumann que ha pasado por los campos de Stalin y ha caído en los de Hitler. Milena la admira y terminará por pedirle que escriba sobre su vida, lo que su amiga cumplirá en un libro que es el verdadero testimonio biográfico de la joven que perdió la vida a los cuarenta y siete años por una infección renal mal tratada. Es curioso ver cómo Kafka confió sus diarios a Milena y ésta cumplió su compromiso y cómo ella confió el recuerdo de su vida en Greta quien, contra todo pronóstico, sobrevivió al fin de la guerra y también cumplió el suyo.


Monika Zgustova ha construido una versión novelada de la vida de Milena de la que apenas disponemos de más información de la que se recoge en la citada biografía, así como de los textos que se conservan de sus artículos o las palabras que Kafka le escribió, dado que las respuestas de Milena se perdieron. Con estos mimbres la historia se convierte en esfuerzo desigual al tener periodos de la vida de la checa que son pasados por alto de manera algo precipitada mientras que, en otras ocasiones, la autora se regodea con una escena, como los reencuentros con Kafka en su lecho de muerte o con Jaromir a su regreso de la URSS, en los que concentra gran parte del conocimiento de la relación con ambos hombres. En todo caso, estamos ante un esfuerzo notable por ofrecer un cuadro realista, más allá de las pocas notas conocidas, y tratando de darle un papel propio, no accesorio de sus amantes o maridos, tal y como merece el personaje.

 



24 de agosto de 2024

El guerrero a la sombra del cerezo (David B. Gil)

 


Imagina un mundo donde la Naturaleza es tan protagonista como el héroe que empuña la espada, donde la venganza y el honor se entrelazan en un Japón feudal que parece tan lejano como familiar. En su debut literario, David B. Gil logra introducirnos en esta atmósfera, en una historia que nos envuelve y atrapa con una maestría sorprendente para una primera novela. Si crees que ya lo has leído todo en la narrativa histórica, este libro te hará reconsiderarlo.






 

La historia de la Literatura está repleta de grandes personajes capaces de empujar una trama a lo largo de centenares de páginas. Desde los griegos hasta los más recientes éxitos de ventas, estas novelas acostumbran a enganchar a los lectores con una trama adictiva en la que cada capítulo, al modo del astuto Dickens, deja al desprevenido lector con el veneno del deseo de continuar leyendo, sea la semana próxima comprando el fascículo correspondiente, sea avanzando capítulos de manera desbocada.


También es frecuente que estos libros se conformen como grandes paisajes llenos de personajes cuyas vidas se entrecruzan, partiendo de un inicio en el que las relaciones no resultan evidentes, hasta entretejerse de manera orgánica y alcanzar asi el clímax.


Y esto es así como decimos, desde la Odisea, en la que los flashback y tramas paralelas resultan una novedad, hasta las más recientes sagas como Los hijos de la Tierra, Los hijos del Grial o la trilogía de El ocho, por citar solo algunos ejemplos de los que tengo referencia directa.


Es a la vista de esos antecedentes cuando uno pierde la sorpresa por la forma pero nunca por la trama que cada autor pretende trasladar. Y esta es la validez del género. Así como el rock entendido en un sentido amplio no deja de ser una variación sobre tres acordes con infinitas posibilidades, la habilidad del autor de este género logra idénticos resultados renovando el género, no tanto en los aspectos estéticos sino añadiendo nuevas tramas, personajes inolvidables o finales épicos.


Y nada de esto se ve entorpecido por el hecho de que casi siempre podamos anticipar el final del libro, porque los personajes sigan unos patrones más que predecibles o por la química combinación equilibrada de elementos como sexo, amor, amistad, ...


Esta habilidad no es fácil de conseguir y sorprende que en este caso, David B. Gil lo logre con su primera novela, El guerrero a la sombra del cerezo (Ed. Suma), un esfuerzo enorme según él mismo relata, que sorprendentemente fue rechazado por muchas editoriales y que vio la luz primeramente como autopublicación antes de ser rescatado por Suma de Letras para su publicación en 2016 tras alzarse con el Premio Hislibris de Novela Histórica y haber sumado un notable número de lectores.


En este caso, uno de los principales atractivos de esta historia es su ubicación, temporal y geográfica. Nos remontamos al Japón del siglo XVI, un momento en el que los diferentes señores feudales luchan entre ellos y contra la creciente influencia del shogunato en su afán por recortar los privilegios de las facciones que habían llevado al país a una continua guerra civil, a que muchos de los samuráis que perdían a su señor vagaran por los caminos creando problemas e inseguridad y en el que toda la vida civil parecía tambalearse sin una autoridad de referencia.


Seizo Ikeda verá cómo su vida será dirigida por un plan para vengar la desaparición de su clan. En este viaje contará con la ayuda de su maestro, Kenzaburo Arima. Conocedor de que la vida que espera a su pupilo no será fácil, reclamará ayuda de otro maestro, aunque tal vez éste sea un término inapropiado para el tipo de saberes que este nuevo personaje inculcará a Seizo, pero que le resultarán imprescindibles en su vida futura.


La trama del libro se entrecruza con la historia de Ekei Inafume, un médico que es reclutado como espía para tratar de instalarse en un feudo rival y así conocer las verdaderas intenciones del señor. Este peculiar médico, que ha conocido la ciencia médica de los occidentales, lo que le permite contar con una pequeña ventaja competitiva respecto de los médicos locales, que le abrirá un pequeño resquicio para cumplir su misión.


Cómo convergen estas historias y si el joven logra llevar hasta el fin su venganza queda en manos del lector ya que precisamente el encanto del libro se encuentra en seguir el discurso narrativo del autor. Pero sí vamos a destacar algunos aspectos de los que el lector podrá disfrutar si inicia la lectura del libro.


En primer lugar, es conocido que en el Japón y en general en todas las culturas orientales, la Naturaleza desempeña un papel fundamental hasta el punto de convertirse en una realidad pareja a un personaje. En este libro la Naturaleza se convierte en refugio, en el lugar en el que uno se recluye cuando quiere coger fuerzas, pero también cuando requiere apartarse de las maldades y mendacidad de la civilización o cuando quiere huir de la culpa y el remordimiento.  

 

Otro aspecto en el que uno ha de detenerse por fuerza al leer estas páginas es la excelente ambientación, no tanto de la época sino en general de la cultura japonesa. Para acompañar al lector, David B. Gil nos ofrece un completo glosario al final del libro con el que ayudar a descifrar algunos términos o costumbres, lo que viene francamente bien a cualquiera que no sea un conocedor de esta cultura. Y es en esos pequeños detalles tan bien definidos, fruto de la ingente labor de documentación y corrección a que fue sometido el manuscrito de la obra, en lo que hayamos gran parte de la veracidad que arrojan estas páginas. La ambientación, las precisas descripciones de ropas, instrumentos, prácticas y rituales no sirven como interludios sacados de una página de internet con el fin de adornar la historia, sino que la dotan de sentido y armonía, dan coherencia a lo que se narra e incluso sirve como elemento que empuja la trama.


Aquí queda reflejado ese escrupuloso respeto por los ancianos, por las tradiciones, por los superiores que todavía hoy identificamos con la cultura japonesa. El no dar la espalda nunca al anfitrión, no mirar directamente a los ojos, los largos preámbulos antes de abordar una conversación más directa para no incomodar al interpelado, las maravillosas enseñanzas de los sabios espirituales orientales y tantas otras cuestiones que harán la lectura un placer para los amantes de ese mundo exótico.


Cierto es que los personajes vienen a ser algo prototípicos como no puede ser de otro modo y que los giros del argumento no alteran esta conclusión aunque puedan parecer relevantes. Pero lo cierto es que el libro se disfruta tanto por su argumento como por el lento discurrir de los acontecimientos engarzados en un contexto espléndidamente retratado.  

 

 


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16 de julio de 2024

Odisea (Homero)



La Odisea puede resultar un título intimidante por su antigüedad y resonancia, lo que hace creer a muchos que es una lectura ajena a nuestros gustos y valores. Un clásico es, en suma, un libro que se debe evitar para no quedar atrapado en el sopor de unas letras excelentes pero que a casi nadie importan, al menos esto es lo que muchos creerán.


Sin embargo, este pensamiento nos aleja de lecturas que, de un lado, nos entretendrán como pocas narraciones actuales podrán hacer y, de otro, servirán para hacernos comprender que tal vez no somos tan diferentes de un griego de hace casi tres mil años, que podemos tener un entendimiento del mundo bastante similar, emocionarnos e indignarnos con las mismas aventuras e injusticias que quienes se sentaban en el ágora de una ciudad del Peloponeso o de cualquiera de esas islas que pueblan esta increíble aventura.    


Tenemos la ventaja adicional, como ya señalara Javier Marías respecto de otras obras foráneas, de no poder leerla más que en nuestro idioma y en versiones actualizadas gracias a nuestra incapacidad para conservar el estudio de las lenguas clásicas, por lo que siempre podremos recurrir a traducciones actualizadas, salvando arcaísmos nos alejan de las obras escritas en castellano más reciente. Por otro lado, obviaremos la versificación que puede ser otro aspecto que nos aleje del texto original. Armados así, nos enfrentaremos a una narración en la que apenas encontraremos grandes diferencias respecto de otras obras, incluso saldrá más moderna en la comparación frente a novelas decimonónicas.


En mi caso, he recurrido a la edición de Austral, con traducción de Luis Segalá y Estalella y una Guía de Lectura a cuenta de Alfonso Cuatrecasas.

 

El argumento es de sobra conocido. Odiseo (Ulises para quienes prefieran la versión latina), tras causar la destrucción de Troya gracias al engaño del caballo en cuyo interior se esconden los más valerosos guerreros aqueos, parte de vuelta a su isla, Ítaca. Sin embargo, su retorno se alargará por veinte años, tal es la animadversión que ha levantado en algunos dioses como el poderoso Poseidón o el deseo que despierta en la bella Calipso. En este viaje, Odiseo sufrirá diversas aventuras, algunas tan conocidas como las de las sirenas y su canto embelesador o la del Cíclope cegado por una estaca gigante que siguen formando parte de nuestra peculiar mitología occidental como si el tiempo no hubiera transcurrido por ellas.


Finalmente, regresará a Ítaca merced a la mediación de Palas Atenea, diosa que siempre le es favorable, y allí se reencontrará con su hijo, Telémaco, a quien dejó apenas nacido y ahora convertido en su digno reflejo, y a su esposa, Penélope, quien debe sufrir la afrenta de quienes la pretenden en matrimonio creyendo o confiando que Odiseo ha perecido entre las olas.


Aquí no pararemos a discernir sobre la figura de Homero o la importancia de la tradición oral, ya que la Odisea era un poema para ser recitado por aedos en ceremonias y festividades. Tampoco entraremos a valorar su trascendencia e influencia, no solo en la Grecia Antigua sino en el resto de la Literatura Occidental. Nos centraremos tan solo, y por coherencia con la actualidad y vigencia de la que hemos hablado anteriormente, en aquellos aspectos que la hacen moderna, que nos pueden resultar tan actuales como si Homero no la hubiera escrito o compuesto hace más de tres mil años o como si nosotros no viviéramos en la era de internet, sino en una suave colina repleta de olivos y a la que llega levemente el sonido de las olas de un mar azulado, el tan temido Ponto del que habla nuestra historia.


Porque el Odiseo de la Odisea, a diferencia del de la belicosa Ilíada, es un hombre que podría quejarse con la voz amarga de Otelo, preguntando si él no sangra cuando se le pincha. Odiseo está hecho a la medida del hombre, no de los dioses o héroes. Su pecho se enciende cuando añora a Penélope, su alma se nubla cuando recuerda a todos los caídos en su largo viaje, su corazón se estremece cuando ve a sus compañeros devorados por el Cíclope. Es tan humano en sus sentimientos, que la venganza que siembra entre los pretendientes que buscan el amor de su esposa, y los sirvientes de su palacio que se han entregado a aquéllos, es casi una escena tan sangrienta como las que pueblan la Ilíada, pero esta vez con un impulso muy distinto, con una pulsión tan terrenal que todos podemos entender.   


Odiseo se define igualmente por su astucia, no la fuerza sobrehumana, sino aquello que nos diferencia de los animales y nos hace campar sobre ellos. Odiseo es inteligencia y maña por encima de la fuerza, es "fecundo en ardides" como le definen muchos de los personajes de esta historia. Odiseo se convierte así en una referencia accesible para cualquier hombre libre de aquella Grecia naciente, la que debería enfrentarse a naciones gobernadas por tiránicos y poderosos semidioses como los persas. Es una declaración de principios. No hay dioses que no puedan ser confundidos por esa astucia que los griegos reclaman para sí. Porque, pese al abultado número de deidades que pueblan este libro, juegan un papel casi de tramoya. Es la voluntad férrea del protagonista la que le impulsa, más allá de leves ayudas, de golpes de fortuna si hablásemos desde una visión más laica.



En esta obra se muestran también los diversos aspectos del comportamiento humano. La rectitud de Penélope y Telémaco, fieles al recuerdo del rey ausente. También la bajeza de quienes tratan de aprovecharse de su extravío en el inmenso mar. La de quienes honraron su recuerdo, la de quienes se aprovechan del débil y el mendigo, cobardes con los poderosos, valientes con los inferiores. Los oscuros juegos del Poder son dibujados con una viveza y vigencia que sorprenden a quien pase por estas páginas con ojos abiertos.


Pero Odiseo es tan humano que también cede a impulsos que le desvían de la rectitud. Así, cuando se hace al mar tras cegar al Cíclope, su soberbia le hace desafiarle a gritos, desvelando así su presencia, ocasión que el gigante aprovecha para lanzar un peñasco sobre las embarcaciones, a punto de zozobrar. También ese orgullo le lleva a querer escuchar el canto de las sirenas sin ser por ello arrojado a las profundidades del Hades. No es de extrañar que Kafka, en su breve narración, El silencio de las sirenas, hiciera burla del ingenioso itacense con un mutismo que le hiciera creer, entre otras posibilidades, que las sirenas eran aún más ingeniosas que él.


La técnica narrativa empleada usa flashbacks, algunas historias secundarias, nos lleva desde el Olimpo sagrado hasta el inframundo donde Odiseo conversa con su madre muerta, crea suspense e intriga, y otros muchos recursos que se harán habituales con el correr de los tiempos. Porque aunque aceptemos que el Quijote sea el auténtico nacimiento de la novela, lo cierto es que el viaje y lo que en él nos encontramos, tal y como señaló Kavafis, es tan relevante como su final mismo. Porque ese camino, que físicamente puede ser el mismo para cada uno de nosotros, para don Quijote, para Sancho, para Odiseo, lo cierto es que cada uno lo hace suyo, le da forma según su naturaleza y ser, conforme el albedrío que cada uno despliega.


Por ello, la Odisea merece la oportunidad de ser rescatada de las lecturas olvidadas, las que demoramos ante cualquier novedad inverosímil, porque nos puede ofrecer más y mejor que todas ellas, porque contiene casi todas las historias que podamos leer, las series que podamos ver adormilados, mientras dejamos que la vida se nos escape, al modo en que Penélope destejía cada noche lo que había tejido por el día, aguardando que algo ocurriera, que Odiseo apareciera de nuevo en su palacio.

 

9 de enero de 2007

Resumen

¿Por qué leer? Las respuestas son variadas. Para unos la lectura es una forma de entretenimiento, para otros un medio de aprendizaje, para otros la posiblidad de comprenderse mejor a sí mismos. Seguramente todas estas respuestas sean correctas en algún modo. Para mí, hoy y ahora, la mejor razón para leer está en los propios libros, ellos son el mejor estímulo para continuar leyendo, aprendiendo y disfrutando.

Y por si acaso no fuera suficiente, aquí van unas cuantas razones más....


  1. La conjura contra América (Phillip Roth)
  2. Homero, Ilíada (Alessandro Baricco)
  3. El viaje a la felicidad (Eduardo Punset)
  4. Viajando con los Rolling Stones (Robert Greenfield)
  5. Crucero de verano (Truman Capote)
  6. ¡Noticia bomba! (Evelyn Waugh)
  7. Rolling Thunder: con Bob Dylan en la carretera (Sam Shepard)
  8. Brooklyn Follies (Paul Auster)
  9. Memorias de mis putas tristes (Gabriel García Márquez)
  10. El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (Oliver Sacks)
  11. Crónicas desde Berlín (1930-1936) (Eugenio Xammar)
  12. La balada de la cárcel de Reading (Oscar Wilde)
  13. Cuentos completos (Herman Melville)
  14. El enigma de Colón (Juan Eslava Galán)
  15. Allegro ma non troppo (Carlo M. Cipolla)
  16. Truman Capote. La biografía (Gerald Clarke)
  17. Nunca me abandones (Kazuo Ishiguro)
  18. Wouldn´t It Be Nice (Granata) / Pet Sounds (Fusilli)
  19. Timbuktu (Paul Auster)
  20. Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos (Rodrigo Muñoz Avia)
  21. Bartleby y compañía (Enrique Vila-Matas)
  22. Llámame Brooklyn (Eduardo Lago)
  23. El baúl del abuelo (Nora Muro)
  24. Crónicas (Bob Dylan)
  25. Pastoral americana (Phillip Roth)
  26. Travesuras de la niña mala (Mario Vargas Llosa)
  27. Chicago Blues (Roddy Doyle)
  28. Yo que he servido al Rey de Inglaterra (Bohumil Hrabal)
  29. Mauricio o las elecciones primarias (Eduardo Mendoza)
  30. Cara a cara con la vida, la mente y el Universo (Eduardo Punset)
  31. Esta historia (Alessandro Baricco)
  32. Suite francesa (Irène Némirovsky)
  33. Redobles de Tambor y Diarios de Guerra (Walt Whitman)
  34. En Maremma (David Leavitt y Mark Mitchell)
  35. Viajes con Heródoto (Ryszard Kapuscinski)
  36. Viajes por el Scriptorium (Paul Auster)
  37. De praderas y bosques (Robert Louis Stevenson)
  38. Auschwitz. Los nazis y la “solución final” (Laurence Rees)
  39. El niño con el pijama de rayas (John Boyne)
  40. Kafka (Nicholas Murray)
  41. Cómo cortar un pastel y otros rompecabezas matemáticos (Ian Stewart)
  42. El Golem de Praga (Leyendas del gueto judío) / El Golem duerme en Praga
  43. Historias de Winny de Puh (A.A. Milne)
  44. Días memorables (Michael Cunningham)
  45. Arthur & George (Julian Barnes)
  46. Un antropólogo en Marte (Oliver Sacks)
  47. Una soledad muy ruidosa (Bohumil Hrabal)
  48. El banquero de los pobres (Muhammad Yunus)
  49. París no se acaba nunca (Enrique Vila-Matas)
  50. La Gran Vía es New York (Raúl Guerra Garrido)
  51. Kafka en la orilla (Hareki Murakami)
  52. Zelda y Francis Scott Fitzgerald (Kyra Stromberg)
  53. Regreso a Babilonia (F. Scott Fitzgerald)
  54. Conversaciones con Kafka (Gustav Janouch)
  55. En busca del barón Corvo. Un experimento biográfico (A.J.A. Symons)
  56. Una historia natural de los sentidos (Diane Ackerman)
  57. El Golem (Gustav Meyrink)
  58. Un lugar limpio y bien iluminado (Ernest Hemingway)
  59. La pulga de acero (Nikolai Leskov)
  60. Las aventuras del valeroso soldado Schwejk (Jaroslav Hasek)
  61. Sarajevo. Diario de un Éxodo (Dzevad Karahasan)
  62. El autobús perdido (John Steinbeck)
  63. Los testamentos traicionados (Milan Kundera)
  64. La interpretación del asesinato (Jed Rubenfeld)
  65. Operación Shylock (Philiph Roth)
  66. Historias de un gran país (Bill Bryson)
  67. Etiquetas (Evelyn Waugh)
  68. Dossier K. (Imre Kertész)
  69. Firmin (Sam Savage)
  70. Johann Sebastian Bach. Los días, las ideas y los libros (Ramón Andrés)
  71. La inmortalidad (Milan Kundera)
  72. Las aventuras de Barbaverde (César Aira)
  73. El cerebro se cambia a sí mismo (Norman Doidge)
  74. Inglaterra, Inglaterra (Julian Barnes)
  75. El asombroso viaje de Pomponio Flato (Eduardo Mendoza)
  76. El arte de la novela (Milan Kundera)
  77. Me casé con un comunista (Philip Roth)
  78. Kafka. Los años decisivos (Reiner Stach)
  79. La Praga de Kafka (Klaus Wagenbach)
  80. El clan de los Kafka (Anthony Northey)
  81. Nápoles 1944 (Norman Lewis)
  82. El hombre del salto (Don DeLillo)
  83. El gato sobre la cacerola de leche hirviendo (Manuel Valera)
  84. ¿Por qué las cebras no tienen úlcera? (Robert M. Sapolsky)
  85. Los artistas de la memoria (Jeffrey Moore)
  86. Bienvenidos al planeta Mod (Marcos Ruano)
  87. El mundo según Monsanto (Marie-Monique Robin)
  88. Stasiland (Anna Funder)
  89. La verdad de las mentiras (Mario Vargas Llosa)
  90. Todo fluye (Vasili Grossman)
  91. La casa de los encuentros (Martin Amis)
  92. Luces de Bohemia (Ramón del Valle-Inclán)
  93. La carretera (Cormac McCarthy)
  94. Berlín Alexandreplazt (Alfred Döblin)
  95. La perdida Ciudad Judía de Praga (Hana Volavková / Pavel Belina)
  96. Como una novela (Daniel Pennac)
  97. El maestro de almas (Irène Némirovsky)
  98. El Palacio de la Luna (Paul Auster)
  99. Carta de una desconocida (Stefan Zweig)
  100. El alma está en el cerebro (Eduardo Punset)
  101. Hablemos de langostas (David Foster Wallace)
  102. La embriaguez de la metamorfosis (Stefan Zweig)
  103. Los versos satánicos (Salmas Rushdie)
  104. Días de canela y menta (Carmen Santos)
  105. El Muro de Berlín - La frontera a través de una ciudad (Thomas Flemming)
  106. Faulkner y Nabokov: dos maestros (Javier Marías)
  107. ¿En qué creen los que no creen? (Umberto Eco y Carlo Maria Martini)
  108. El desierto de los tártaros (Dino Buzzati)
  109. El Pentateuco de Isaac (Angel Wagenstein)
  110. Submundo (Don DeLillo)
  111. Mozart de camino a Praga (Eduard Mörike)
  112. Kafka. Imágenes de una vida (Klaus Wagenbach)
  113. Branding Universitario: Marcando la diferencia (Miguel Carmelo y Sergio Calvo) 
  114. El maestro y Margarita (Mijaíl Bulgákov)
  115. La hija de Robert Poste (Stella Gibbons)
  116. Nueve meses de lecturas
  117. El quinto en discordia (Robertson Davies) 
  118. Momentos estelares de la humanidad (Stefan Zweig) 
  119. Superfreakonomics (Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner) 
  120. Mal de escuela (Daniel Pennac) 
  121. Los inquilinos de Moonbloom (Edwar Lewis Wallant)
  122. Bilbao-New York-Bilbao (Kirmen Uribe) 
  123. El lamento de Portnoy (Philip Roth) 
  124. La educación del talento (José Antonoi Marina)
  125. Mi vida sin ti. Mi juventud perdida (Nora Muro) 
  126. Soy un gato (Natsume Söseki) 
  127. Kafka (Robert Crumb y David Zane Mairowitz) 
  128. Roscoe, negocios de amor y guerra (William Kennedy)
  129. El esnobismo de las golondrinas (Mauricio Wiesenthal)
  130. Oscurece en Edimburgo (7 Plumas) 
  131. Novela de ajedrez (Stefan Zweig) 
  132. Lluvia Negra (Masuji Ibuse) 
  133. El Elemento (Ken Robinson) 
  134. Lamentaciones de un prepucio (Shalom Auslander)  
  135. Here, There And Everywhere (Geoff Emerick) 
  136. El castillo en el bosque (Norman Mailer) 
  137. Los días contados (Miklós Bánffy)
  138. El tío Tungsteno (Oliver Sacks) 
  139. Isla de Nam (Pilar Alberdi)
  140. El cerebro infantil: La gran oportunidad (José Antonio Marina) 
  141. Cuando Kafka vino hacia mí... (Hans-Gerd Koch) 
  142. Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin (Vladímir Voinóvich)
  143. Emaús (Alessandro Baricco)
  144. Aprenda Optimismo (Martin Seligman) 
  145. El viejo juez (Jane Gardam) 
  146. Un arte espectral (Norman Mailer)
  147. Vía Revolucionaria (Richard Yates) 
  148. La juguetería errante (Edmund Crispin) 
  149. Historias de Londres (Enric González) 
  150. Los secretos de la motivación (José Antonio Marina)  
  151. La toma del poder por los nazis (William Sheridan Allen) 
  152. La bella bestia  (Alberto Vázquez-Figueroa)
  153. El filósofo entre pañales (Alison Gopnik)
  154. Beatles Memorabilia: La colección de Julian Lennon
  155. Obra Selecta (Cyril Connolly)  
  156. Marco Aurelio. Una vida contenida (Fernando R. Genovés)  
  157. Edvard Munch. El alma pintada (Fuensanta Niñirola)
  158. La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey (Mary Ann Shaffer y Annie Barrows)  
  159. Historia universal de la infamia (Jorge Luis Borges) 
  160. El afinador de pianos (Daniel Mason)
  161. La librería ambulante (Christopher Morley) 
  162. La librería (Penelope Fitzgerald)
  163. El contable hindú (David Leavitt)   
  164. De Prometeo a Frankenstein (VV.AA.)
  165. Al este de Occidente (Miroslav Penkov)  
  166. ¿Ha muerto Shakespeare? (Mark Twain) 
  167. Shakespeare (Bill Bryson) 
  168. Hamlet (Shakespeare) 
  169. La tempestad (Shakespeare)  
  170. Hipnosis / La colonia (David Fernández Rivera)  
  171. La Hermanda de la Nieve (José VIcente Pascual)
  172. Martin Dressler. Historia de un soñador americano (Steven Millhauser)
  173. Una maleta llena de relatos (Generación Bibliocafé)  
  174. Cine o sardina (Guillermo Cabrera Infante) 
  175. La civilización del espectáculo (Mario Vargas Llosa) 
  176. A propósito de Abbott (Chris Bachelder)
  177. La Buena Novela (Laurence Cossé) 
  178. Hollywood revelado (Coord. Fernando R. Genovés)
  179. Walden (Henry David Thoreau) 
  180. We´re Going To See The Beatles – An Oral History of Beatlemania as Told by the Fans Who were There 
  181. La ilusión de la empatía (Fernando R. Genovés) 
  182. Sesión Continua / Animales en su tinta (Generación Bibliocafé) 
  183. Todo lo que era sólido (Antonio Muñoz Molina) 
  184. Los hermanos Sisters (Patrick deWitt) 
  185. Trifulca a la vista (Nancy Mitford) 
  186. Ágata (David Fernández Rivera) 
  187. Musicofilia (Oliver Sacks)
  188. Noticia de este Mundo (Gonzalo Muro) 
  189. Tune In: The Beatles: All These Years (Mark Lewisohn)
  190. El Teatro de Sabbath (Philip Roth)
  191. Dos veces bueno: Breviariode aforismos y apuntamientos (Fernando R. Genovés)
  192. Una temporada para silbar (Ivan Doig)
  193. Ávidas pretensiones (Fernando Aramburu)  
  194. Paseando por el Zoco Chico. Larachensemente  (Sergio Barce)
  195. Por Amor al Arte (Generación Bibliocafé)
  196. Las tres vidas de Stefan Zweig (Oliver Matuschek)
  197. Trieste (Claudio Magris y Angelo Ara)
  198.  Educar en el asombro (Catherine L'Ecuyer) 
  199. Bajo presión (Carl Honoré)
  200. Los espejos que se miran (Felicidad Batista) 
  201. Poner Límites (Robert J. Mackenzie)
  202. Praga mágica  (Angelo Maria Ripellino)
  203. Summerhill, un punto de vista radical sobre la educación de los niños (A.S. Neill) 
  204. Número Cero (Umberto Eco) 
  205. Querer a todos por igual (Nancy Samalin)
  206. El alma de las ciudades (Fernando R,. Genovés)
  207. Ha Vuelto (Timur Vermes)
  208. Charlotte (David Foenkinos)
  209. El cristiano mágico (Terry Southern) 
  210. Escuelas Creativas (Ken Robinson)
  211. Los renglones torcidos de Dios (Torcuato Luca de Tena)
  212. Derrota a Tiflos
  213. El infinito en un junco (Irene Vallejo) 
  214.  La aventura formidable del hombrecillo indomable (Hans Traxler)
  215. Sapiens. De animales a dioses (Yuval Noah Harari)
  216. El Estado emprendedor (Mariana Mazzucato)  
  217. Magallanes (Stefan Zweig)
  218. El regreso de Abba (Marc Ros)
  219. Crimen y Castigo (Fiodor M. Dostoievski) 
  220. Libertad (David Fernández Rivera)  
  221. El peluquero de los Beatles : Una mirada distinta, nunca antes contada, sobre el grupo y su época (Leslie Cavendish)
  222. Agua dura (Sergi Bellver) 
  223. Las aventuras de Hucklberry Finn (Mark Twain)
  224. El orden del día (Eric Vuillard) 
  225. Apaciguar a Hitler: Chamberlain, Churchill y el camino a la guerra(Tim Bouverie)
  226. Temblor y otros cuentos perturbadores (J. Mordel)
  227. Continente salvaje: Europa después de la Segunda Guerra Mundial (Keith Lowe)
  228. Y se hace música al andar ... con swing (Luis Escalante Ozalla)
  229. La música. Una Historia subversiva  (Ted Gioia) 
  230. La boca pobre (Flann O'Brien)
  231. ¿Éste es Kafka?: 99 hallazgos (Reiner Stach)
  232. Mi madre era de Mariúpol (Natascha Wodin)
  233. Feria (Ana Iris Simón)
  234. Nuestros antepasados (Italo Calvino) 
  235. En casa (Bill Bryson)
  236. Jinetes en la sombra (Diego A. Manrique)
  237. McCartney, la biografía (Philip Norman) 
  238. Mis gatos y otros familiares (Etología Felina / En la mente de un gato / En la mente de un perro) 
  239. La isla del tesoro  (Robert L. Stevenson)
  240. Berta Isla / Tomás Nevinson (Javier Marías)
  241. El fantasma y la señora Muir (R. A. Dick)
  242. Visigodos (José Javier Esparza) 
  243. SPQR: Una historia de la antigua Roma (Mary Beard)
  244. La séptima función del lenguaje (Laurent Binet) 
  245. Todo en vano (Walter Kempowski)
  246. Salgan con los libros en alto (Generación Bibliocafé)
  247. Faster (Eduardo Berti) 
  248. La torre elevada: Al-Qaeda y los orígenes del 11-S (Lawrence Wright)
  249. Océano África (Xavier Aldekoa)
  250. 1927. Un verano que cambió el mundo (Bill Bryson)
  251. Medio siglo con Borges (Mario Vargas Llosa) 
  252. No digas nada (Patrick Radden Keefe)
  253. La conspiración del General Franco y otras revelaciones acerca de una guerra civil desfigurada (Ángel Viñas)
  254. El gran salto (Jonathan Lee)
  255. Las vidas de Miguel de Cervantes: Una biografía distinta (Andrés Trapiello) 
  256. El coloquio de los perros (Miguel de Cervantes) 
  257. Novelas Ejemplares (Miguel de Cervantes)  
  258. A propósito de nada (Woody Allen)  
  259. Los Terranautas (T. C. Boyle) 
  260. Las armas y las letras (Andrés Trapiello)  
  261. Un paseo por el bosque (Bill Bryson) 
  262. Ya sentarás cabeza. Cuando fuimos periodistas (2006-2011) (Ignacio Peyró)
  263. Con destino a la gloria (Woody Guthrie) 
  264. Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada (David Safier)
  265. El cuerpo humano (Bill Bryson) 
  266. Rojo y Negro (Stendhal)
  267. El imperio del sol (J. G. Ballard)
  268. John Lennon Mi hermano / Imagine This (Julia Baird) 
  269. Madrid (Andrés Trapiello) 
  270. Todo en su sitio (Oliver Sacks) 
  271. Juana la Loca. La cautiva de Tordesillas (Manuel Fernández Álvarez)
  272. Grandes esperanzas(Charles Dickens)
  273. The John Lennon Letters (Hunter Davies)
  274. De París a Monastir (Agustí Calvet - Gaztel) 
  275. Civilizaciones (Laurent Binet) 
  276. Indestructibles (Xavier Aldekoa)  
  277. Calle Este-Oeste (Philippe Sands)  
  278. Oro parece ... (Generación Bibliocafé)
  279. El turno de los perdedores (Serrgio Lozano) 
  280.  En otro país (David Constantine) 
  281. Kafka (I): Los primeros años (Reiner Stach) 
  282. Kafka (3): Los años del conocimiento (Reiner Stach) 
  283. Suite Italiana: Viaje a Venecia, Trieste y Sicilia (Javier Revete)
  284. Todas las almas (Javier Marías)  
  285. Los detectives salvajes (Roberto Bolaño)  
  286. Elvis (Generación Bibiocafé) 
  287. Los dibujos (Franz Kafka)
  288. New York, New York (Javier Reverte) 
  289. El último proceso de Kafka. El juicio de un legado literario (Benjamin Balint)  
  290. Blues. La música del Delta del Mississippi (Ted Gioia) 
  291. El ángel de Múnich (Fabiano Massimi)  
  292. Odisea (Homero) 
  293. Corazón de Ulises (Javier Reverte) 
  294. Explicar el mundo (Steven Weinberg) 
  295. El guerrero a la sombra del cerezo (David B. Gil) 
  296. Filosofía de la canción moderna (Bob Dylan) 
  297. Gozo  (Azahara Alonso) 
  298. Eichmann en Jerusalén: un estudio sobre la banalidad del mal (Hannah Arendt) 
  299. El arte clásico: De Grecia a Roma (J. G. W. Henderson y Mary Beaard)  
  300. En casa de John Lennon (Rosaura López Lorenzo)
  301. El coloso de Marusi (Henry Miller) 
  302. Soy Milena de Praga (Monika Zgustova)  
  303. La vegetariana (Han Kang)  
  304. Cointeligencia: Vivir y trabajar con la IA (Ethan Molick)
  305. Kafka (Pietro Citati)